Cada temporada debido al calendario: más torneos, más partidos, más exigencia, más quejas y sobre todo más lesiones
En la actualidad, el calendario de las ligas de fútbol más importantes está practicamente colapsado. Esto está impactando tanto a los jugadores como a los seguidores. Se debe principalmente a la aparición de competiciones nuevas, como la UEFA Nations League, un torneo de equipos nacionales que, aunque ofrece la emoción de presenciar a tu selección jugar más seguido, parece estar más interesado en generar ganancias que en contentar al seguidor. La Nations League busca atraer la atención de los aficionados con un formato más consistente y partidos atractivos, pero en última instancia, lo que se encuentra detrás es una estrategia económica que pone más presión sobre los futbolistas.
Este tipo de torneos es solo una pieza del rompecabezas. Además se encuentran las competiciones convencionales que, por motivos de publicidad y crecimiento, han ajustado su funcionamiento para introducir el fútbol en nuevas áreas. La Supercopa de España representa claramente esta situación. Hace algunos años, la competencia ya no se realiza en España y en su lugar se organiza en naciones del Golfo Pérsico. Esta transferencia, a pesar de generar ingresos, no logra convencer completamente a todos los aficionados. Muchos sienten que participar en este tipo de torneos en el extranjero corrompe la esencia de la competencia y disminuye el verdadero espíritu del fútbol. También, los viajes de los equipos a otras naciones, aunque sea por breves periodos de tiempo, impacta en su desempeño. Dejan de recibir días de entrenamiento y de descanso, y necesitan ajustarse a entornos y horarios diferentes, lo cual también les afecta negativamente.
El principal problema: el físico de los futbolistas
La realidad es que este calendario tan apretado está afectando seriamente la salud de los jugadores. Hoy en día, las lesiones graves, especialmente en el ligamento cruzado de la rodilla, son cada vez más frecuentes. Este tipo de lesiones puede mantener a un jugador fuera del campo durante meses y, en algunos casos, resultar en el fin de su carrera. La FIFA, en calidad de un recurso provisional, proporciona indemnizaciones monetarias a los equipos en caso de que un futbolista sufra una lesión en torneos internacionales; no obstante, a pesar de que el dinero asiste, no soluciona la cuestión central. ¿Cuál es el beneficio para el equipo de recibir una indemnización si su jugador principal, tras una lesión tan grave, nunca recupera su rendimiento óptimo? La falta en el terreno de juego y en la relación con los seguidores es algo que no puede ser compensado por el dinero.
Los seguidores también están experimentando las repercusiones de esta agenda tan apretada. Es cada vez más común observar partidos organizados en días y horarios complicados para los espectadores, especialmente durante la semana. Esto dificulta a los seguidores seguir a su equipo y acudir al estadio, y repercute en la vivencia de aquellos que quieren presenciar todos los partidos en vivo. Si el fútbol se centra únicamente en cumplir con las demandas de un calendario comercial, los seguidores, quienes constituyen el espíritu del deporte, podrían acabar alejándose.
Esta situación presenta un problema para el fútbol de élite. A pesar de que el incremento de torneos produce ganancias significativas, las implicaciones no visibles en relación con la salud de los atletas y la felicidad de los seguidores son alarmantes. Se espera que los encargados del fútbol logren un balance, de manera que el deporte pueda desarrollarse de forma sustentable sin comprometer a los futbolistas ni separar a los seguidores del entretenimiento que tanto aprecian.