Boca lo ganó con fútbol, pero también con mucho sentimiento, como así lo atestiguan las lágrimas de Exequiel Zeballos al finalizar su maravillosa actuación.

El Club Atlético Boca Juniors se impuso en el partido de la jornada 15 que le enfrentaba a River Plate. El partido que paraliza el panorama argentino tuvo un claro dominador. Boca entendió desde el comienzo que en esta clase de partidos se debe combinar a la perfección las ganas y el ímpetu en los duelos, con una idea clara y sólida de juego. En cambio, el conjunto millonario se vio superado tanto en el plano emocional como en el futbolístico.
La primera parte no tuvo ritmo: ambos equipos se tuvieron más respeto de la cuenta y eso no dio pie a ver un juego fluido y oportunidades claras de marcar. Sin embargo, un balón largo de Ayrton Costa, quien hizo un partido sensacional comandando la zaga xeneize, dejó a Zeballos en una oportunidad de uno para uno contra Lautaro Rivero, el “changuito” sacó un golpeo duro abajo, que tapó Armani, tuvimos que esperar al rebote para ver una pulcra definición que supuso el primer gol del partido. Con esa acción se marcharon los dos equipos al vestuario.
Nada más comenzar el segundo tiempo, fruto de un error de un blando River, Zeballos comenzó una carrera potentísima por la izquierda desde el centro del campo, esta culminó en que el santiagueño le sirviera en bandeja de plata el 2-0 a Miguel Ángel Merentiel. El uruguayo, pese a hacer el gol en el minuto 46, selló lo que acabó siendo una sentencia. Ya que el elenco de Gallardo, que atraviesa uno de sus peores momentos desde que llegó al cuadro de la franja roja, no encontró respuesta en ningún momento. No demostró mejora alguna sobre la imagen fría y desoladora que venía ofreciendo durante las últimas semanas. Siempre estuvo más cerca el 3-0 que el 2-1. Así lo evidenciaron diferentes ocasiones, incluso un posible penalti de Armani sobre Milton Giménez que finalmente no fue señalado.
La figura del partido fue Zeballos. El extremo de 23 años fue el que más hizo intento de participar durante la rocosa primera mitad. Tanto va el cántaro a la fuente que prácticamente en la última jugada de la primera parte llegó su gol. Al principio de la segunda realizó una jugada maravillosa previa al 2-0. Se marchó como una estrella, a hombros de sus compañeros que saben lo mucho que ha sufrido el «chango» desde que debutó. Ha pasado por múltiples procesos de lesión que han cortado su progreso y han puesto en tela de juicio su continuidad. Fue preciosa la imagen del futbolista llorando de emoción en el banquillo tras ser ovacionado por La Bombonera. Hoy por fin, entró en los anales de la historia boquense, tras un derroche de talento y ganas, que no será olvidado fácilmente por la hinchada del barrio de La Boca.
