El Oviedo mostró una mejor cara, pero no le fue suficiente para traspasar a un férreo Celta comandado por Starfelt

El Real Oviedo y el Real Club Celta de Vigo empataron a cero en el último encuentro de ambos en el año 2025. El encuentro nos dejó la primera muestra del tercer técnico en lo que va de curso en el conjunto local, Guillermo Almada, quien contagió al equipo de competitividad, adelantó las líneas de presión, pero no consiguió abordar uno de los principales problemas de los ovetenses, el gol.
El Celta llegaba al encuentro como el tercer mejor visitante de la categoría, el combinado de Giráldez quería prolongar su buena racha fuera de Balaídos haciendo más crítica aún la situación del Real Oviedo, quien fue testigo de como su afición pitaba al unísono cuando la propiedad era proyectada en el videomarcador. Pese a ello, Almada despertó emociones positivas en el Tartiere, planteó una presión alta y agresiva, con balón; generó por bandas y cargó el área con Viñas como principal receptor de múltiples centros laterales. Sin embargo, el gol continua resistiéndose al conjunto carbayón, su afición no ve un gol en el Carlos Tartiere desde que Alberto Reina le marcara al FC Barcelona el 25 de septiembre, desesperante.

El Oviedo tuvo la iniciativa. Imposibilitó la salida en corto del cuadro celeste, con una presión altamente dotada de agresividad, emparejando a Reina y a Colombatto con los dos pivotes del Celta (Miguel Román y Fran Beltrán), obligando a desplazar en largo, donde se hicieron fuertes ganando los duelos aéreos y segundas jugadas, con los dos centrales más Kwasi Sibo. Tras ese trabajo defensivo, llevaba el peso del partido con la pelota, supieron cuando transitar rápidamente y cuando darle pausa al juego y circular. Pero el último tercio se le atragantaba, ofreció pocas alternativas al centro lateral, que no fue efectivo en gran parte por el rendimiento de Carl Starfelt, que estuvo imperial con un número elevadísimo de despejes, hasta quince veces pudo evadir el peligro el zaguero sueco, y lo poco que se le escapó lo tapó Radu.
Pese al malestar y el ambiente de crispación con la directiva, el Real Oviedo puede sacar conclusiones positivas, se van a las vacaciones con la sensación de que ha habido mejoría con el entrenador montevideano, y de que el equipo ha mostrado otra cara. La propiedad tiene la oportunidad y la obligación de redimirse en el mercado invernal, firmando refuerzos que puedan conducir el juego del Oviedo en victorias y goles, que no le sobran al combinado asturiano. Por su parte, el Celta acaba un año inolvidable dando por bueno el punto, se va satisfecho Giráldez que logra puntuar con una plantilla que llegaba el encuentro con un gran desgaste físico y múltiples bajas notorias.
