Argentina se consagró bicampeona de la Copa América al derrotar a Colombia 1-0 en una emocionante final en el Hard Rock Stadium de Miami. El gol decisivo llegó en el minuto 111 de tiempo extra, cuando Lautaro Martínez aprovechó una brillante jugada iniciada por Leandro Paredes y asistida por Giovani Lo Celso.
Primera parte
La noche comenzó con problemas fuera del estadio, donde la policía de Miami se enfrentó con hinchas que intentaban ingresar sin entradas. Eso provocó un retraso de casi una hora y media en el inicio del partido.
Una vez comenzado el encuentro, ambos equipos adoptaron un enfoque táctico y se estudiaron mutuamente, generando pocas oportunidades claras en la primera mitad. La preocupación surgió al final del primer tiempo cuando Lionel Messi sufrió una torcedura de tobillo, lo que encendió las alarmas en el equipo argentino. Aunque Messi intentó seguir jugando, tuvo que retirarse en el minuto 65 debido al dolor, siendo captado llorando en el banco de suplentes con el tobillo visiblemente inflamado.
Segunda parte
En la segunda mitad, Colombia mostró poca presencia ofensiva, mientras que Argentina dominó. Rodrigo De Paul tuvo una actuación sobresaliente, consolidando su importancia en el equipo de Lionel Scaloni. Sin embargo, la Albiceleste sufrió otro revés cuando Gonzalo Montiel se retiró por una lesión muscular en el minuto 70.
La solidez defensiva de Argentina, especialmente la dupla central formada por Cristian «Cuti» Romero y Lisandro Martínez, fue clave para mantener la portería a cero. La fortaleza y consistencia mostradas por estos defensores durante todo el torneo fueron cruciales para el éxito del equipo.
Este título reafirma la posición de Argentina como una de las potencias del fútbol sudamericano, demostrando que, a pesar de no haber alcanzado el nivel mostrado en la Copa del Mundo, sigue siendo un equipo formidable. La capacidad de superar adversidades y aprovechar oportunidades críticas fue fundamental para agregar otro trofeo al palmarés de la Albiceleste.
Di María
A los 117 minutos, Ángel Di María disputó su último encuentro con la selección y se retiró bajo una lluvia de aplausos y ovaciones. Di María, un ícono del fútbol argentino, recibió un merecido homenaje de sus compañeros y de los aficionados, reconociendo su destacada carrera y su inquebrantable dedicación a la Albiceleste. Sus lágrimas de emoción y agradecimiento fueron el reflejo de una era dorada que cerró con broche de oro. Ha dejado un legado imborrable en el corazón de todos los argentinos.