Por Iker Vicente
Lo que pasó en el SchücoArena no fue un simple partido de fútbol. Fue una de esas noches que se cuentan durante años en bares, redes sociales y documentales. El Arminia Bielefeld, un equipo de la tercera división alemana, eliminó al vigente campeón de la Bundesliga y de la DFB Pokal, el Bayer Leverkusen, en semifinales del torneo copero. Y lo hizo con personalidad, valentía, buen juego… y un poco de picardía, si hacemos caso a las quejas de los visitantes.
El Leverkusen de Xabi Alonso, que saltó al campo con titulares como Schick, Frimpong, Grimaldo o Tah, se estrelló contra un Arminia valiente, que creyó desde el minuto uno. El resultado final, 2-1 para los locales, desató el caos en Alemania: los de Bielefeld jugarán por primera vez en su historia una final de Copa. Y lo harán tras haberse cargado en rondas anteriores al Unión Berlín, Friburgo, Werder Bremen… y ahora al Leverkusen. Esto ya no es casualidad. Es un bombazo histórico.
El partido: de la ilusión al desastre
El guion empezó como se esperaba. El Leverkusen dominando y adelantándose pronto, en el minuto 17, con un gol de Jonathan Tah tras una jugada ensayada. Parecía que el partido iba a ser un paseo. Pero el Arminia no estaba allí para aplaudir. Solo tres minutos después, Marius Wörl empató con un disparo raso que dejó helado a Hradecky y encendió a los casi 28.000 seguidores del estadio.
Lo que vino después fue una demostración de fe. En el añadido de la primera parte, Max Grosser cazó un centro teledirigido de Oppie y marcó el 2-1 con una volea que ya forma parte de la historia del club. El estadio se vino abajo. Y el Leverkusen, con media hora de dominio y un gol, pasaba a estar contra las cuerdas.
La segunda mitad fue un reto para los visitantes. El Leverkusen lo intentó con todo: Boniface tuvo una clarísima, Schick mandó un cabezazo al palo, Xabi movió el banquillo… pero no hubo manera. El Arminia resistió con uñas, dientes y corazón. Incluso pudieron marcar el tercero en varias contras. Y cuando el árbitro pitó el final, se desató la locura: un equipo de tercera estaba en la final de la Pokal. Contra todo pronóstico.
El cabreo de Xabi Alonso (y la polémica del riego)
No todo quedó en el terreno de juego. Tras la derrota, Xabi Alonso no solo se mostró frustrado por el resultado, sino muy enfadado con algo que ocurrió antes del pitido inicial: el césped no se regó. Según el Leverkusen, eso afectó gravemente a su estilo de juego. Fernando Carro, director general del club, fue muy claro: “Me molesta que no se regara el campo. No es aceptable y la DFB debería sancionarlo”.
El Arminia, por su parte, respondió con naturalidad: “No lo hacemos en liga, ¿por qué deberíamos hacerlo hoy?”, dijo su director deportivo, Micheal Mutzel. Según él, hablaron con el árbitro, y como el campo se había regado por la mañana, no había obligación de volver a hacerlo por la tarde.
¿Fue un detalle sin importancia o una trampa táctica? Puede que ambas cosas. Pero lo cierto es que el césped estuvo seco, y el Leverkusen acabó desquiciado.
Una temporada que se desinfla
El Leverkusen venía de vivir su año más glorioso, con un doblete nacional y un fútbol que enamoró a media Europa. Pero en esta 2024/25 todo se ha torcido: fuera de Champions en octavos contra el Bayern, fuera de Copa en semis contra un tercera, y segundos en Bundesliga a siete puntos del líder… también el Bayern. Si no hay reacción, van camino de acabar el año sin títulos.
Y eso pone muchas dudas sobre la mesa. ¿Se quedará Xabi Alonso otra temporada? ¿O buscará nuevos retos? El nombre del Real Madrid sigue sobrevolando su futuro, aunque de momento no hay señales claras. Lo que sí es evidente es que esta eliminación ha dolido. Mucho.
El sueño del Arminia: de tercera a Europa
Mientras tanto, el Arminia Bielefeld vive en una nube. Lo que está consiguiendo este equipo es una locura. En liga van cuartos, pero en Copa han hecho una campaña digna de guion de película. Si ganan la final del próximo 24 de mayo (ante Stuttgart o Leipzig), jugarán la Europa League, algo que jamás ha conseguido un equipo de tercera en Alemania. Solo por llegar a la final, ya se han embolsado más de 7 millones de euros. Si levantan la copa, podrían superar los 12 millones en ingresos. Para un club de su tamaño, eso cambia la vida.
Y no hay que olvidarse de Dani Jara Cortina, el español que forma parte del cuerpo técnico del Arminia. Mientras Xabi Alonso sufría en la banda visitante, otro español celebraba desde el banquillo local. Pequeños guiños del destino en esta historia de fútbol puro.
La frase que lo resume todo
“El Bielefeld ganó prácticamente todos los segundos balones. Así no le ganas a ningún equipo del mundo” – Robert Andrich, centrocampista del Leverkusen
Lo del Arminia no es casualidad. Es el premio al atrevimiento, al trabajo y a no tener miedo. Y lo del Leverkusen… es una cura de humildad. En el fútbol, como en la vida, nadie gana con el nombre. Hay que competir. Y el martes 1 de abril de 2025, el equipo de tercera lo hizo mejor que el gigante.
Final de Copa: 24 de mayo en Berlín. El Arminia estará allí.