Los de Pellegrini se citan con la historia ante un equipo que sabe lo que es pisar dos finales de Conference League.
En uno de los muros del estadio el teniente, el estadio de O’higgins, hay escrita una frase que pronunció Eduardo el toto Berizzo, entre otros exentrenador de Sevilla, Athletic de Bilbao y Celta de Vigo. Fue escrita cuando el club chileno que reside en ese estadio, y que entrenaba el preparador argentino, se proclamara por sorpresa campeón de la apertura. Para todo aquel que esté leyendo esta previa en este preciso instante, se preguntará, a qué viene todo esto. Que tiene que ver esto con un Betis – Fiorentina. Porque el redactor de esta previa escribe esto. Que sentido tiene. Es muy fácil, es muy sencillo. La frase que pronunció Eduardo Berizzo, y que está escrita en ese estadio dice lo siguiente «Hay un día en el que el soñador y el sueño se encuentran». Pues ese día puede ser este jueves para el Real Betis Balompié, que se la va a jugar primeramente en un Benito Villamarín con el cartel de no hay billetes porque «Mañana será un día importante en nuestro estadio con 60.000 personas que se dejan el alma por nosotros. Su ilusión es nuestra fuerza», decía Isco en rueda de prensa. Con el objetivo intacto de clasificarse por primera vez en sus casi 120 años de historia a una final de una competición continental.
Además, «Tengo la ilusión de ganar un título con el Betis», continuaba el malagueño. Para que eso se cumpla, el conjunto español tendrá que poner toda la carne en el asador, ante un rival que sabe perfectamente lo que es pisar una final europea… Y por partida doble. Porque el cuadro viola quiere quitarse la espina clavada de estos dos últimos años, en los que ha visto como West Ham y Olympiakos les arrebataban el título de la UEFA Conference League dos temporadas consecutivas. Primero en Praga, en un duelo en el que Jarrod Bowen enterró la ilusión de los de Raffaele Palladino, proclamando al club inglés campeón de la edición 2022/2023. La segunda, el año pasado en el estadio Agia de Sofía de Atenas (Grecia) cuando Ayoub El Kaabi dilapidó las ganas de revancha del equipo italiano, en una épica final donde el club griego hizo historia, convirtiéndose en el primer equipo de su país en levantar al cielo un título europeo. Dicen que a la tercera va la vencida… Pero no para el Betis. Debido a que los verdiblancos quieren escribir su nombre en el trofeo, que está en la mente de todos los béticos. Al igual, que el miércoles 28 de mayo del año 2025 a las 21:00 horas, estadio de Wroclaw (Breslavia, Polonia). Fecha, hora y lugar exacto de la final de la UEFA Conference League. Pero primero vamos a lo que vamos. El Betis no lo tendrá nada fácil si quiere que el sueño onírico de la final y el título de la Conference se hagan realidad. El equipo de Pellegrini tendrá delante a una Fiorentina, que viene de ganar por un resultado de 2-1 en su estadio frente al Empoli, y que se impuso en el global de la eliminatoria al Celje esloveno de Albert Riera, en unos cuartos de final europeos, que superaron con dificultades los de la Serie A, ya que el Celje plantó cara y compitió hasta el final. Sobre todo en una polémica vuelta, donde se decidió finalmente el pase de los italianos. Los heliopolitanos tendrán que verse las caras contra un equipo acostumbrado a llegar a estás instancias en competiciones europeas, y con jugadores de la talla de David De Gea, Mandragora, Fagioli, Lucas Beltrán, Yacine Adli, Gosens, entre otros.
Pero sin duda, con el jugador que hay que poner el punto de mira, es en el rápido y furioso Moise Kean, que mojó en los cuartos de final siendo decisivo, dándole el pase a semifinales a su equipo y que es un delantero insaciable y temible que finalmente ha entrado en la convocatoria de la Fiorentina para enfrentarse al Betis, después de ser duda hasta el último momento aunque «Debo decidir si será titular o no», comentaba el preparador italiano del cuadro viola. Es sin lugar a dudas, el arma más peligrosa que tiene el cuadro italiano para la zaga bética, que tendrá que reponerse al varapalo de Diego Llorente. Lesionado hasta final de temporada, y que estará cubierto su puesto por Natan en detrimento del central madrileño, que verá como sus compañeros se midan a una Fiorentina, que pisará el Benito Villamarín con la intención de romper el buen momento del Betis. Si los italianos prometen emociones fuertes, los verdiblancos no se quedan atrás. Viene de ganar el Betis por un resultado contundente, tras endosarle 5 goles a 1 al Real Valladolid ya de Segunda División. Y de hacer bueno el resultado de la ida de los cuartos de final de la competición europea, para empatar a uno contra el Jagiellonia Byalistok en la vuelta, y certificar el pase a unas semifinales que pretende el cuadro del Benito Villamarín que termine con un final feliz porque «Sería bonito encontrarse en la final con el Chelsea», decía Manuel Pellegrini hace unas semanas.
El chileno, que vive uno de sus momentos más dulces desde que llegó al banquillo del Betis por el año 2020, superó a Lorenzo Serra Ferrer como el entrenador con más victorias en la historia del conjunto verdiblanco. Por eso, el longevo entrenador del Betis quiere soñar con dejar más aún si cabe su huella en el club de las trece barras, después de alzar en 2022 la tercera Copa del Rey en la historia del cuadro andaluz y, refrendar, en la Conference League, lo bien que lo están haciendo en LaLiga EA Sports. Pero eso es otro tema, debido a que la liga es la liga y la Conference es la Conference. Porque todo trasciende, todo, absolutamente todo cambia cuando se trata de un partido de fútbol de competición continental. Y más, en un choque de alto voltaje cómo es un Betis – Fiorentina de semifinales de UEFA Conference League, que será de lo más apasionante y vibrante con un feudo verdiblanco hasta la bandera. Porque 8 días después, en un escenario diferente se acabará todo. Por ello, el Betis tiene que aprovechar el momento, su público, la ebullición, controlar la emoción, la euforia. Porque pase lo que pase este jueves, posteriormente el Artemio Franchi de Florencia, dictará sentencia para poder tener algo que no es otra cosa que licencia para soñar con un título europeo.