El fútbol español está de luto. Este jueves 1 de mayo ha fallecido Manuel Cáceres Artesero, más conocido como Manolo el del Bombo, a los 76 años. Con él se va mucho más que un aficionado: se marcha un símbolo, una estampa inseparable de la Selección Española durante más de cuatro décadas.
Manolo no necesitó marcar goles ni levantar títulos para convertirse en una leyenda. Lo suyo fue la pasión incondicional por la roja. Su bombo, su camiseta de España, su boina, su cachirulo y su sonrisa fueron constantes en cada gran cita del combinado nacional. Desde el Mundial de España 1982 —que recorrió en autostop— hasta su último partido, el pasado 23 de marzo en Mestalla, contra Países Bajos, Manolo fue la banda sonora de La Roja.
Natural de San Carlos del Valle (Ciudad Real), criado en Huesca y afincado en Valencia y luego en Moncofa (Castellón), su historia comenzó en las gradas del viejo Alcoraz. Animó a clubes como el Huesca, Zaragoza y Valencia, pero fue con la Selección con quien forjó su leyenda. En total, asistió a 10 Mundiales, 8 Eurocopas y decenas de partidos amistosos y clasificatorios, muchas veces siendo el único español en la grada. “Si me llevan a mí, llevan a España”, decía con orgullo.
Su figura traspasó fronteras. En 2012, el diario británico The Guardian lo definió como “el hincha español más famoso del mundo”. Y no exageraban.
En los últimos años, pese a problemas económicos y de salud, Manolo no dejó de soñar con seguir al equipo. En Catar 2022 no pudo estar por falta de alojamiento, aunque tenía billete y visado. Ese episodio lo marcó, pero no apagó su ilusión.
Hoy, el bombo queda en silencio. Pero su eco seguirá retumbando en cada gol, en cada grada, en cada viaje de La Roja.
Gracias por tanto, Manolo. El fútbol español no te olvidará.