La expulsión de Vivian y el acierto del equipo ché decantaron la balanza

En Mestalla tuvo lugar la quinta jornada del campeonato entre valencianos y bilbaínos. Una ciudad que volvía a acoger uno de los partidos con más renombre de la historia del fútbol español, con dos equipos históricos, aunque ambos llegaban de perder en la jornada anterior y con muy malas sensaciones.
El Valencia venía de encajar seis goles en el Johan Cruyff, donde no fue capaz de plantar cara ni de incomodar a un Barcelona que no tuvo piedad con el conjunto ché. Aun así, el equipo dirigido por Carlos Corberán volvía a jugar en su feudo, en el que se mantenía invicto hasta ahora, con una victoria y un empate en el casillero.
El Athletic llegaba tras perder sus dos últimos partidos en casa, el primero de Liga ante el Alavés, en el que no fue capaz de chutar a puerta, y el segundo frente al Arsenal en su reestreno en la Champions League, donde, pese a dejar buenas sensaciones, no pudo sumar ni un solo punto. Por ello se veía prácticamente obligado a reencontrarse con la victoria en este partido.
El primer tiempo fue de dominio claro y absoluto del conjunto rojiblanco. Buenas acciones defensivas de los centrales, que frenaron a jugadores rápidos como Danjuma, Rioja o Diego López. Buen manejo de balón en el centro del campo con el tridente Jauregizar, De Galarreta y Sancet, que firmó un primer tiempo de mucho nivel. Sin embargo, la delantera no fue capaz de poner la guinda al pastel en ninguna de las múltiples ocasiones de las que dispuso el equipo, hoy dirigido por el segundo entrenador, Jon Aspiazu.
Julen Agirrezabala fue clave para desbaratar primero una ocasión de Iñaki, luego otra de Sancet y nuevamente una de Iñaki. El Valencia no lograba encontrar salida al buen hacer del Athletic, aunque lo intentó con las escapadas en ataque de Danjuma y Raba.
La segunda mitad comenzó con la misma tónica de la primera, dominio de los bilbaínos pero sin apenas ocasiones, algo que les está costando materializar en estos últimos partidos. Aun así, el Valencia seguía intentando sorprender a la contra, aunque el Athletic se mostraba ordenado.
Pero, pasado el cuarto de hora de la segunda mitad, una falta de Vivian como último hombre y la posterior revisión del VAR que supuso la roja dejaron a los visitantes con un futbolista menos sobre el verde. Valverde, desde la grada, dio paso a Aymeric Laporte, que tuvo que volver a debutar con la rojiblanca en un escenario complicado.
Estaba claro que al Athletic le tocaría sufrir, y pese a que intentó arreglarlo con diferentes cambios, el vendaval che comenzó a despegar. Los locales se crecieron junto a la afición y, a base de desgastar y aprovechar poco a poco los errores de los leones, consiguieron abrir el marcador.
Un saque de esquina excelentemente botado por Javi Guerra y culminado por un remate inapelable de Santamaría puso en ventaja al Valencia. Tan duro fue el golpe para el Athletic que apenas pudo reaccionar ante lo que le llegaba una y otra vez. El desgaste físico se notaba y la inferioridad numérica se volvía cada vez más evidente.
Cuando el Athletic más volcado estaba ,aunque apenas pisaba el área valencianista, llegó la sentencia local. En una jugada en la que se notó el cansancio de los rojiblancos y en la que jugadores frescos como Ramazani pudieron desplegar su juego, Hugo Duro puso la guinda al pastel en una noche bonita para Mestalla y muy dura para los bilbaínos.
De esta manera, el Athletic encadena tres derrotas consecutivas, además de no ver puerta en ninguna de ellas. Al conjunto de Valverde le está costando, y mucho, materializar sus ocasiones y mantener el orden defensivo durante todo el partido. Aun así, pese a que las sensaciones no son las mejores, todavía le restan muchos meses de competición y muchos objetivos por cumplir.