La Real Sociedad se llevó una victoria fundamental en casa, venciendo 1-0 al Barcelona en un partido que quedará marcado por la intensidad y la solidez defensiva del equipo donostiarra. Esta victoria no es solo importante por los puntos obtenidos, sino porque devuelve la confianza al equipo en Anoeta tras una serie de resultados irregulares. En su propio estadio, la Real venía acumulando una racha preocupante, con apenas cinco triunfos en todo el 2024, una estadística que finalmente quedó atrás ante un rival de máxima exigencia.
El Barcelona, en cambio, llegó a este encuentro en su momento de máxima forma. Desde el 1 de octubre, el conjunto culé había marcado tres o más goles en cada partido, venciendo a rivales de gran nivel como el Real Madrid y el Bayern de Múnich. Sin embargo, en Anoeta, la Real Sociedad consiguió romper esa racha y hacer que el equipo de Hansi Flick se marchara sin marcar por primera vez en dos meses. «Hemos hecho un partido de Champions, pero de los buenos», declaró con orgullo Imanol Alguacil, entrenador de la Real Sociedad, al finalizar el partido.
Un planteamiento inicial audaz y ajustes tácticos claves
Desde el inicio, la Real Sociedad salió con la intención de presionar arriba y dificultar la salida del Barcelona, planteamiento que sorprendió al conjunto culé, acostumbrado a dominar desde el primer minuto. Aunque esa presión alta dejó algunos espacios atrás, que el Barcelona trató de explotar en los primeros 15 minutos, Alguacil confió en el esfuerzo defensivo de sus jugadores. Fue en esos primeros momentos cuando Robert Lewandowski llegó a marcar un gol que habría cambiado el curso del partido, pero fue anulado por un fuera de juego mínimo. Hansi Flick no dudó en expresar su descontento con esa decisión arbitral: «El gol anulado fue una decisión errónea. Si hubiera sido válido, el partido habría sido completamente diferente».
Tras ese susto inicial, Alguacil ajustó el planteamiento táctico, asignando marcajes individuales a los jugadores más peligrosos del Barcelona, como Pedri y Raphinha. Esto le dio a la Real Sociedad el control defensivo necesario para equilibrar el partido, y frustró los intentos del Barcelona de conectar entre líneas. Con esta presión personalizada, el equipo donostiarra logró neutralizar el juego creativo del equipo visitante, limitando sus ocasiones claras.
La recompensa llegó al final de la primera mitad: en una jugada rápida, Zubeldia anticipó un balón en el aire y, tras un desvío de Sucic, el balón cayó en posición perfecta para que Becker lo enviara al fondo de la red. El gol fue celebrado con entusiasmo tanto en el campo como en las gradas de un Anoeta que estaba cerca de su capacidad máxima con aproximadamente 37,000 espectadores, entregados al apoyo de su equipo.
Una victoria que rompe con años de frustración
Esta victoria supone más que un simple triunfo para la Real Sociedad. El equipo llevaba sin vencer al Barcelona en Anoeta desde 2016, y el gol de Becker no sólo rompe con esa racha, sino que también da un respiro a una Real que llevaba sin ganar en casa desde finales de septiembre. El equipo de Imanol suma así apenas su quinta victoria en casa en lo que va del año, una estadística que refleja las dificultades que ha tenido en su propio estadio durante toda la temporada. Vencer a un Barcelona en un momento estelar convierte este partido en un hito importante para los txuri-urdin.
Después del partido, Imanol Alguacil se mostró emocionado y satisfecho por el esfuerzo colectivo. «Hoy hemos jugado contra el equipo más en forma de Europa junto a Liverpool. Incluso si el Barcelona nos hubiera empatado, me habría ido a casa igual de contento. La entrega de mis jugadores ha sido espectacular», afirmó el técnico. Alguacil también resaltó el esfuerzo físico que implicó el partido, señalando que el Barcelona había tenido un día más de descanso, pero que su equipo supo mantener el ritmo e intensidad durante los 90 minutos.
Autocrítica en el banquillo rival
Por su parte, el entrenador del Barcelona, Hansi Flick, fue autocrítico con el rendimiento de su equipo. Aunque lamentó la decisión arbitral del fuera de juego, Flick admitió que el Barcelona no estuvo a la altura en los momentos clave. «Hoy no ha sido nuestro día. La responsabilidad de la derrota es nuestra. Podríamos haber jugado mucho mejor, y la posesión no fue tan efectiva», comentó en rueda de prensa. Además, señaló la ausencia de Lamine Yamal como un factor que condicionó el juego del equipo y anunció que pedirán a la selección que no lo convoque, para que el jugador pueda recuperarse adecuadamente.
Un triunfo para la afición y un cambio de rumbo
La afición donostiarra celebró el triunfo como un punto de inflexión en la temporada. Tras meses de resultados inconsistentes en casa, la victoria sobre el Barcelona reafirma la capacidad del equipo para plantar cara a rivales de alto nivel. Anoeta, que ha sido un terreno difícil para la Real en 2024, vibró con esta victoria que la afición esperaba desde hace años. Al final del partido, las gradas eran un mar de aplausos y cánticos, con la esperanza de que este resultado marque un cambio en la dinámica del equipo y sirva como el inicio de una racha positiva en casa.
Este resultado no solo llena de optimismo al equipo y a la afición, sino que también da una muestra de lo que la Real Sociedad es capaz de conseguir cuando trabaja unida y sigue un planteamiento táctico claro. El equipo de Imanol Alguacil demostró que, con determinación y una defensa bien organizada, es posible frenar incluso al Barcelona en su mejor momento.