El Celta de Vigo se impone 0-2 en el Bernabéu, tras 19 años de sequía en el estadio madridista.
La jornada dominical de la 15ª fecha de La Liga se cerraría con el Real Madrid-Celta de Vigo. El Real Madrid, tras las buenas sensaciones cosechadas en Bilbao, buscaría continuar enganchado con el Barcelona en la pelea por el título. Por la otra parte, el Celta venía de una peleadísima victoria tras una extensa tanda de penaltis con el Sant Andreu, por lo que necesitaban un buen nivel para recobrar fuerzas.
XI INICIALES:
Real Madrid: Courtois, Asencio, Militao, Carreras, García, Valverde, Güler, Tchouameni, Bellingham, Mbappé, Vinicius.
Celta de Vigo: Radu, Marcos Alonso, Starfelt, Javi Rodríguez, Mingueza, Moriba, Román, Carreira, Bryan Zaragoza, Borja Iglesias, Durán.


Inicio trabado y poco esclarecedor
La primera parte del choque no contó con jugadas de excesivo peligro en ninguna de las dos áreas. La salida de balón celtiña superó la pobre presión merengue. Un potente cabezazo de Militao fue lo único que amenazó la portería de Radu. Sería el central brasileño quien, en una magnífica acción defensiva que casi pone en jaque el plan de partido de Xabi, saldría lesionado en el minuto 25. El defensor se una a Alexander-Arnold, Mendy y Carvajal en la enfermería de Valdebebas.
La más clara de la primera mitad la tendría Vinicius, después de un exquisito pase en profundidad de Tchouameni. El delantero cogería la espalda de la defensa viguesa, y tan solo una mano extraordinaria de Radu impediría el tanto de los locales.

Vendaval celeste
El descanso revolucionó el partido. La entrada de Swedberg resultó clave para los de Giráldez. El sueco culminaría en el 53´ una gran combinación olívica con un delicado taconazo, fuera del alcance de Courtois. Desde ese momento, el Real Madrid viviría una sucesión catastrófica de eventos. En el 63´, Fran García recibiría la primera amarilla para cortar una contra de los visitantes. Para más inri, un minuto después llevaría la segunda, pisando al goleador sueco.
Desde ese momento, el Celta fue claro dominador del juego. Un excelso Borja Iglesias guio a los gallegos en el afianzamiento del partido. El Real Madrid estaba roto, sometido por el toque celeste, que marcó el ritmo del partido. Además, la introducción de Javi Rueda oxigenó el jugar celtiña. En los intres finales hubo algún conato de remontada, con algún disparo lejano de Valverde y alguna tentativa a balón parado.
Con el descuento iniciado, se desataría la locura total. Con Iago Aspas fresco, sustituyendo un par de minutos antes al Panda, el frente de ataque vigués estaba revolucionado. Por si fuera poco, Álvaro Carreras recibiría la segunda amarilla por protestar, dejando a su equipo con 9. Con 2 hombres arriba y la moral por las nubes, el Celta finiquitó la faena con otra demostración de genialidad del rey de las Bateas. Inició la jugada con un pase al huevo desde su propio área, y el mismo asistió a Swedberg, quien dribló al portero belga para el segundo y definitivo gol en el 93´.

Xabi Alonso, matar o morir
La situación del Real Madrid es totalmente distinta a la de hace unas pocas jornadas: de sacarle 7 puntos al Barcelona, a poder colocarse terceros si el Villareal consigue una victoria más. Panorama que pone en duda al entrenador vasco. Los merengues se medirán al City en un momento malo para a entidad, con bajas sensibles en defensa, malas sensaciones de juego y el temor a la sucesión en los banquillos.
Por su parte, el Celta buscará continuar con esta racha en Europa League, recibiendo a Bolonia en Balaídos, en los que se juegan la clasificación a las rondas eliminatorias.

