Los cachorros insistieron hasta el final pero una grandísima defensa del Tarazona y la falta de acierto les privaron de sumar tres puntos
Día de perros en Lezama, en un partido que tuvo lluvia, aire y mucho frío. Pero dos equipos necesitados de puntos se veían las caras en un partido crucial para alejarse de los puestos bajos de la clasificación.
Los cachorros del Athletic, en puestos de descenso, buscaban una victoria importante en casa. Sabiendo que el pasado partido sufrieron una dura derrota y que el partido de ayer era ante un rival directo, era el momento oportuno para dar un golpe sobre la mesa. Pero para ello, jugadores clave como Asier Hierro, Peio Canales y Beñat Gerenabarrena tenían que dar un paso hacia adelante para llevar al equipo hacia los tres puntos.
El Tarazona por su parte, pese a tener una senda cantidad de bajas, visitaba Lezama con la intención de continuar con la racha de cuatro partidos sin perder. Los de Juanma Barrero, con el equipo en cuadro, intentaron por todos los medios sacar algo positivo de Lezama, siendo intensos en la presión, fuertes en defensa y determinantes en las pocas acciones que tuvieron en ataque.
El partido empezó con un Bilbao Athletic muy protagonista sobre el césped, con la intención de combinar el balón hasta buscar espacios para superar líneas. Los cachorros del Athletic, que cuentan con jugadores jóvenes y de mucha calidad, buscaron constantemente el gol. Los rojillos en cambio, se vieron claramente superados en los primeros compases de partido, donde tuvieron que apretar los dientes para defender el juego asociativo del Bilbao Athletic, con el que generaban muchísimo peligro.
A base del gran trabajo, los de Jokin Aranbarri tuvieron ocasiones suficientes para adelantarse en el marcador. La determinante banda izquierda de Eneko Aguilar e Iker Varela y el liderazgo de Peio Canales, entre otros, fueron los protagonistas de una primera parte muy interesante de los cachorros, pero sin eficacia de cara a gol.
Los turiasonenses tuvieron que achicar agua, ser solidarios y estar prácticamente perfecto tanto en defensa como en la presión. Pese a que el ataque de los locales fue constante, tuvieron un par de acciones en las que hicieron dudar al rival, incluso obligando muchas veces al error. El guardameta Fuoli mantuvo a los suyos con exitosas paradas.
Ya en la segunda mitad el choque se volvería un poco más parejo, con bastantes más alternativas que en la primera por parte de ambos equipos. El delantero Adri Fuentes, determinante en esta segunda mitad, avisó con un gran disparo a los pocos minutos del reinicio. Pero una vez más, el juego combinativo del Bilbao Athletic se hizo ver sobre el césped, llegando a contar con ocasiones clarísimas, sobre todo por parte de Asier Hierro, que no paró de intentarlo una y otra vez.
El director técnico rojillo, Juanma Barrero, decidió meter gente nueva al terreno de juego, al joven Manu Rico y al bueno de Javier Areso, entre otros. Con las sustituciones, el Tarazona empezó a mostrar una faceta ofensiva con la que contó con algún que otro acercamiento. Es por ello que, llegados a los últimos quince minutos de partido, el Tarazona se adelantó en el marcador. Un grandísimo centro de Llacer concluido con una definición brillante de Adri Fuentes puso en aprietos a los cachorros del Athletic.
Pero más allá de cualquier muestra de rendimiento y sabiendo que el gol estaba cerca, el Bilbao Athletic insistió. Las entradas al terreno de juego de gente como Ibai Sanz o Aingeru Olabarrieta acercaron a los locales al gol. Pero en una falta magistralmente bien botada por Canales que culminó Ibai Sanz con un maravilloso testarazo, los de Lezama consiguieron empatar el encuentro.
Tras unos últimos minutos llenos de tensión en los que faltaron las ocasiones, el colegiado de la contienda pitaría el final del partido. En un empate en el que los visitantes sufrieron mucho para lograrlo. Los locales en cambio, se marcharon con un sabor agridulce, con la sensación de haber dejado escapar una victoria de vital importancia.