El Sestao River vuelve a respirar después de esta victoria frente a un Barakaldo que se aleja del playoff

Derbi del Hierro en Lasesarre. Barakaldo y Sestao River se veían las caras en la jornada número 33 y aun con muchos deberes por hacer y con situaciones totalmente contrarias en la clasificación. Pese a esas diferentes situaciones clasificatorias, en un derbi pocas veces hay favoritos y en el derbi de la margen izquierda de Vizcaya no iba a ser diferente.
Por un lado está el Barakaldo, equipo gualdinegro y con una plantilla que está haciendo soñar de lo más grande a su afición durante estas últimas temporadas. Envuelto en dos ascensos directos y viendo la tremenda temporada que está cosechando el equipo, su afición quiere seguir soñando en un posible ascenso al fútbol profesional, que supondría el broche final a un crecimiento y desarrollo que se lleva dando durante muchas temporadas. Con 45 puntos en el casillero, la permanencia prácticamente sellada y a tan solo dos puntos de los puestos de playoffs, los de Imanol de la Sota buscan ante el Sestao River una victoria de mucha importancia.
Por otro lado está el Sestao River, de verdinegro y con una situación clasificatoria que les mantiene momentáneamente en zona de descenso. Tras cosechar una dura derrota en Barcelona ante el filial culé, los de Igor Oca quieren mantener una identidad de juego que los mantenga durante una temporada más en la primera federación española. Para ello el derbi ante los barakaldeses era de vital importancia, como lo manifestó su entrenador en la rueda de prensa previa al duelo.
El primer tiempo estuvo marcado por las imprecisiones por parte de ambos equipos. Tanto los pupilos de Imanol de la Sota como los de Igor Oca pecaron en muchos momentos en la falta de claridad y de contundencia en las disputas y segundas jugadas. Aunque también habría tiempo para diferentes situaciones de gol que gozaron ambos equipos. El Barakaldo tuvo el gol en varias ocasiones por parte de Bujan, Valiño e incluso de Huidobro. Y los sestaotarras dispusieron también de varios acercamientos para estrenar el casillero, pero Aznar hasta en dos ocasiones fue incapaz de hacerlo. Pero no sería hasta antes del descanso donde los locales estrenaron el marcador, Bujan con una con un disparo directo a la escuadra ponía patas arriba tanto Lasesarre como los puestos de playoff.

En el segundo tiempo vendría lo mejor. Un Sestao River que salió con un aspecto completamente diferente golpeó primero, poniendo el empate en el marcador en un error de la defensa gualdinegra que aprovechó a la perfección Aznar para marcar un auténtico golazo. El Sestao River, junto a los cánticos y apoyo de su afición durante todo el choque, fue creciendo a medida que pasaba el tiempo. Pudieron gozar de dos mano a manos que resolvió a la perfección Unai Perez, que mantuvo en varios momentos a los suyos con vida.
Pero la locura máxima llegaría en los últimos quince minutos del partido. Cuando peor lo estaba pasando el Barakaldo y cuando más crecido estaba el Sestao River, Aymane Jelbat por segunda jornada consecutiva ponía la ventaja en el marcador para los suyos en un testarazo de córner. De esa manera el partido se le ponía muy cuesta arriba para el Sestao River, hundiéndose en el descenso todavía más y al Barakaldo dándole impulso en su pelea por la zona del playoff.
Pero tan solo cinco minutos más tarde, el recién ingresado en el campo Relu ponía el empate en el marcador con otro gol de cabeza. El fichaje invernal sestaotarra volvía a dar aire a los suyos y les acercaba a una posible victoria sobre la bocina. Y finalmente, cuando prácticamente se terminaba el partido, el Barakaldo cometía una falta peligrosa en el borde del área, y la afición sestaotarra empezaba a oler la gesta. Pues efectivamente, se desató la locura en Lasesarre con el gol en propia portería de Borja Garcia, que no se podía creer lo que acababa de ocurrir. Los jugadores verdinegros que se encontraban en el césped celebraban, los que se encontraban en el banquillo saltaban y los aficionados de la grada gritaban de alegría con tres puntos que eran lo más parecido a una vida extra en su lucha por la permanencia.
El Derbi del Hierro dejó una tremenda deportividad sobre el terreno de juego con dos equipos que se lo dejaron absolutamente todo por ganar. Muy diferente fue en la salida del campo donde un nuevo episodio de altercados entre los grupos radicales de ambos equipos ponía en alerta a los aledaños del estadio, donde tuvieron que intervenir las autoridades.