Los de la Costa del Sol obsequian a su afición con tres puntos más que necesarios en su carrera por la permanencia.
El Banús Football Center presenció, en la jornada vespertina de ayer, un 3-1 que sirve al equipo marbellí para encarar la semana fuera de la zona roja de la tabla. A pesar de que el Algeciras se adelantó en el marcador y, en un torpe gesto del número seis rival, recibió un auténtico regalo en forma de expulsión; la inferioridad numérica no frenó a un Marbella que acabó haciendo valer su pegada en ataque.
El encuentro se presentaba como una disputa entre dos equipos con el agua al cuello, sin otra ambición que la de ver la luz al final del túnel. El Marbella arrancó el partido con mejor actitud que el conjunto algecireño, arremetiendo contra el arco defendido por Lucho García con peligrosos tiros de media distancia.
Sin embargo, los entrenados por Fran Justo despertaron con el tiempo. Los rojiblancos aceleraron con solvencia las pulsaciones de la defensa marbellí con cada veloz contrataque; y no tardaron mucho en poner en funcionamiento, fructíferamente, su juego por banda. Paris Adot, carrilero con clase, marcaba el ritmo de la ofensiva campo-gibraltareña en el costado diestro. Las ocasiones no se demoraron.
En el minuto 19, tras una jugada individual de Diego Esteban en la que se produjo un choque que reclamaría al término de la jugada Aitor Puñal; Escudero remató en el área un balón que, sin despegarse del suelo, acabó en el fondo de las mallas. El nerviosismo se instaló en el Dama de Noche.
El Marbella se recuperaría poco a poco del golpe. Un disparo demasiado alto de Ernest (futbolista que, ante la falta de peligro en la zona de Callejón, tomó protagonismo) inició una ráfaga de ataques que acababan en córneres; y los de blanco, a balón parado, tanteaban la igualada al tiempo que llegaba la hora de irse a vestuarios. Fue precisamente en el 46′ cuando una tosca entrada de Javi Duarte hizo que el juez le sentenciara con una roja. A los marbellíes les tocaba afrontar los últimos cuarenta y cinco minutos un difícil panorama.

Los locales sorprendieron con su buen juego
La señalización de un penalti en el 56′ a favor de los de la Costa del Sol dejó clara cual iba a ser la dinámica de los últimos compases del partido. El Algeciras sucumbió, de manera inexplicable, ante un Marbella que presumiblemente debería haber visto su juego afectado por la pérdida de uno de sus jugadores. Dorian transformó el penalti y el empate (que, en una de esas situaciones extrañas del fútbol, le sabía a poco al equipo con 10) llenó de ímpetu a los de blanco.
Poco pudo hacer el Algeciras, aún cuando se animaba con las internadas de Diego Esteban, después del estratosférico gol de Soto en el minuto ochenta. El dorsal 11 del Marbella recibió el balón en el área y, tras acomodárselo con el pie izquierdo, dibujó un gol por la escuadra derecha del portero algecireño.
El 2-1 desató la euforia en el Banús Football Center. En el éxtasis de lo que ya se veía iba a ser una victoria para los de Abel Segovia, Callejón aprovechó para marcar su gol y poner, con un potente zurriagazo, un 3-1 en el marcador que sin duda debe de hundirle la moral a la afición algecirista.