Un año después el Nástic se encontraba en el mismo sitio, misma situación. Tras escándalos, sanciones, polémica, juicios todavía pendientes y otra temporada más en 1RFEF los grana, cambiando de entrenador a dos jornadas del final, dieron una relativa sorpresa el finde pasado ganando en La Condomina cuando ni en sus dos partidos con Luis César ni el play off habían convencido a nivel de juego.
Por su parte el Sanse volvía a un play-off siendo el filial más acostumbrado a manejarse en los puestos altos. El trabajo y la confianza de Imanol abriendo las puertas del primer equipo a la cantera, provoca que estos chicos se sientan preparados para afrontar este tipo de partidos.
A pesar de haber quedado mejor clasificados en la liga regular y que la vuelta la jugarán en casa, la sensación era que los grana partían como favoritos por aquello de que el fútbol les debía una y que eran el equipo histórico. La losa que se quitaron de encima eliminando al Murcia impregnó a la ciudad de un grado de optimismo quizás desmesurado teniendo en cuenta la calidad del rival.
El ambiente, inmejorable. Lleno absoluto en el partido del año en Tarragona. Una marea roja recibía con bengalas al bus del club. Unos 100 aficionados txuri urdines resistían en una esquina del estadio animando a sus chavales.
Primeros minutos de ímpetu local y elaboración visitante. Y mientras todavía se estudiaban, casi de la nada en el minuto 10 balón a la espalda de los centrales, indecisión en la salida de Rebollo toca de cabeza suave Gorosabel, la pelota va botando hasta estrellarse en el palo y con las ganas de despejar Unai Dufur la mete en su propia portería. Gol tan tonto como dramático. Batacazo local nada más empezar. Euforia en el córner azul.
El gol trajo momentos de zozobra en campo y grada. Los centrales grana, nerviosos como nunca, se vieron en una acción similar dos minutos después, Rebollo también duda en la salida y el disparo de Astiazarán se fue rozando el palo. Los centrales grana y su portero daban todo menos seguridad .
Hasta el 23 no llegó el primer acercamiento local con una combinación entre Pablo y Antoñin, que este último remató seco rechazando Arana a córner. Dos minutos después era Pablo quien remató forzado con poca fortuna.

Los visitantes aguantaban a la espera de su momento, con una gran posicionamiento. Otro error en la entrega de los centrales, propició un disparo de Carbonell en el 28 que despejó a corner Rebollo.
Lo seguían intentando los locales y tuvieron la más clara tras saque de esquina al segundo palo donde incomprensiblemente solo Antoñin remató mordida y Arana la envío fuera.
Tras la pausa de hidratacion misma tónica. Dominio del Nastic que llegaba relativamente fácil por bandas pero sin remates claros. Y así se llegó al descanso. Impotencia local y victoria visitante
El segundo tiempo empezó con una afición fría esperando algún arreón de su equipo y con la Real tocando como un equipo más veterano de lo que se presupone de un filial. La primera ocasión llegó en el 54 con Pablo rematando solo y sin saltar un corner pero lo hizo demasiado centrado. El balón parado era la única arma en la que el Nástic era superior.
Metió doble cambio Luis César quitando a un desaparecido Roberto Torres por Jardí y a Oscar Sanz por Montalvo. Pero un minuto después colada por la izquierda de Balda ante la pasividad de interior y lateral local, centro atrás que remata Orobengoa, rechaza Rebollo y a placer marca Mikel Rodríguez el segundo. El Sanse volaba a la Hypermotion ante un Nastic sin ideas.
La grada era un funeral, un golpe de realidad que afectaba a unos jugadores que no daban 3 pases seguidos. No había árbitro a quien culpar, injusticia ala que agarrarse. Simplemente no podían. La Real B crecida. Pasaban los minutos y casi se oía más a la poca afición donostiarra que a la local. El equipo no transmitía nada y la grada veía la pesadilla de caer en el play off otra vez más
La entrada de David Concha al menos provocó un par de disparos inocentes y centros que enganchaba a la afición al menos a lograr un gol que diera algo de luz a la eliminatoria. Y la luz la encendió el de siempre. El que lleva todos los goles del Nástic en este play off. Centro de Migue y cabezazo brutal de Pablo Fernández en el 82. 1-2. No todo estaba perdido.
El gol obviamente despertó a la grada y a los propios jugadores que lo intentaron por ambas bandas con más (o solo) corazón que cabeza. Atacaban por empuje espoleados por sus aficionados. Y cuando solo apelas a eso puede salir cara o cruz. En el 92 David Concha sacó un latigazo desde fuera del área que hizo volar a Arana. Paradón. Y a la salida del córner otro remate a bocajarro de Pablo y Arana, portero suplente ya que el titular estaba en la Euro sub-21, se volvía a vestir de héroe cuando ya se cantaba el emapte. Y en el 95 contra realista por la izquierda, centro que no sabe despejar Dufur, mal despeje, resbalón del portero y Carrera aprovechaba la cadena de errores para marcar el 1-3 definitivo. Otra vez un gol en el último minuto.
Euforia de equipo casi ascendido en los donostiarras. Incredulidad del que tropieza con la última valla otra vez en los de Tarraco. Evidentemente queda la vuelta, pero la sensación es que el Nástic no despliega un fútbol para ser optimistas en que puede haber machada. Tiene que ganar de 3 goles entre tiempo reglamentario y prórroga. Y lo que le salió cara a Luis César en La Condomina, el sábado le salió al revés. Equipo sin ideas, jugadores perdidos… Y el Sanse? Pues a nada de volver a ser el único filial del fútbol profesional. Que mérito tiene! A algunos seguro que les vemos el año que viene en el primer equipo.
Desfiles de la marea grana por las calles aledañas del estadio como una procesión. Silencio y murmullo. 3er play off en 4 años que se puede ir al garete. Y pocos sueñan con la gesta en Zubieta.