Pleno verano siendo todavía mes de mayo en Tarragona. Playas a tope, primeros baños, 25 grados, fin de temporada, transistores que se decía antes o apps que se dice ahora. Horarios unificados (la peor pesadilla de Tebas) o lo que es lo mismo, última de la temporada.
Ambiente raro en las gradas. Debutaba en casa Luis César…por tercera vez. Lo raro no es el debut, lo raro es que lo haga en la última jornada de la temporada regular. La decisión de cesar a Dani Vidal con dos partidos y promoción de ascenso por jugar, no se ha digerido de todo entre la afición grana. La decisión, polémica, ha sido cuando menos, muy arriesgada.
Los locales llegaban con los deberes mínimos exigibles hechos, estar clasificados para el play off, aunque con la sensación de que deberían de haber estado más arriba. Empezaban la jornada quintos y necesitaban muchas carambolas para subir algún puesto y evitar jugar la vuelta de los playoffs fuera de casa.
Los visitantes venían desde la capital del pulpo con el objetivo casi casi cumplido, la salvación. Empezaban la jornada con 3 puntos por encima del descenso y 3 equipos en peores circunstancias que los verdes. En resumen, ambos se jugaban algo, pero no mucho.
Rotación masiva en Luis César pensando en los apercibidos de cara al play off. Antoñin ni se vistió y habituales como Gorka, Montalvo, Oriol o Pablo empezaron desde el banquillo. Los gallegos salían con todo para amarrar la permanencia.
Primeros minutos de tanteo, casi más pendientes de si se movían otros marcadores que del suyo propio. Tan solo un remate de Narro en el 8 que atrapó en dos tiempos el meta visitante y un choque entre el propio portero Diego García y Álex Jiménez que mantuvo el encuentro detenido unos minutos. Lo siguió intentando el Nàstic con una doble ocasión. Volea desde fuera del área de Juncà que rechaza a córner el guardameta gallego e intento de gol olímpico de Roberto Torres que sacó bajo palos la defensa verde.
Se asentó el Arenteiro con el paso de los minutos y la tranquilidad que se le transmitía desde el banquillo ante la falta de goles en otros campos.

Marc Fernández era el que más quiso reivindicarse delante de Luis César y casi todo el peligro llegaba por banda izquierda. Una colada con amague incluido lo salvó Simao cuando el estadio cantaba gol. Y en el posterior córner, Roberto Torres la pegó desde la frontal rozando el palo. De los de Carballiño, sin noticias en ataque.
Y tanto fue el cántaro a la fuente que, en el 38, el guante de Roberto Torres la puso perfecta desde el extremo izquierdo y más perfecto fue al cabezazo de Álex Jiménez, delantero que a la sombra de Antoñin y Pablo no ha dispuesto de mucha continuidad el que ponía el 1-0 en el marcador.
De ahí al descanso, la grada tomaba nota del gol de la Real Sociedad B y de la Cultu que dejaba a los locales en la misma quinta posición que al inicio. Con lo cual tocaba ver qué pasaba en el grupo dos. Y al descanso, la victoria del Ibiza ante un Ceuta ya ascendido y el empate del Real Murcia en casa ante el Algeciras dejaba a los ibicencos como rivales del Nástic.
Por parte gallega, tranquilidad a pesar de la derrota, ya que Lugo y Sestao perdían y Osasuna empataba.
Comenzó la segunda parte mucho más fría y con ambos equipos con una oreja en los otros campos. El rival del Nástic se decidía en la Condomina, y los gallegos tenían los 3 resultados de los que dependían a favor.
Lo más destacado del primer cuarto de hora de la segunda parte fue el gol del Athletic B ante el Real Unión que tranquilizaba más aún a los verdes y el empate del Andorra ante la Cultu que dejaba abierto el ascenso directo.
Y así siguió el partido con ocasiones aisladas y constantes miradas al banquillo, sobre todo por parte de los gallegos, donde encontraban mensajes tranquilizadores.
La ocasión más clara la tuvo Marc Fernández que desde el punto de penalti y con todo a favor la echó fuera. Metió cambios Luis Cesar y fue uno de los llamados a tirar del carro en los play off, Pablo Fernández el que en el 85 sentenciaba el partido al colarse entre los centrales gallegos y definir por abajo.
El giro final de guión fue a muchos kilómetros de allí, donde el Real Murcia marcaba de penalti en el 91, se colocaba segundo y pasaba a ser el rival del Nástic en la primera ronda por el ascenso.
Y en el Estadi, fiesta por ambas partes. Los locales con su afición citándose para el finde siguiente y los de O Carballiño confirmando que a pesar de la derrota, seguían siendo equipo de Primera RFEF. Heroica campaña gallega.
¿Y El Nàstic? Pues en una semana llega la hora del verdad. La ciudad lleva un año esperando el momento. Será contra un histórico como el Real Murcia con factor cancha en contra. Y después esperará el ganador del Mérida-Real Sociedad B. ¿Será la vencida?