El verano llamaba a la puerta de Tarragona estando aún a 27 de abril. 23 grados, primeros bañistas y castillos de arena de la temporada en l´Arrabassada y a pocos metros la emoción de las últimas 5 jornadas de 1RFEF. Nástic vs Real Unión de Irún, ascenso y descenso, todo en juego.
Los locales perdieron el tren de ascenso directo al perder en la última jornada en el feudo del líder, la Cultural Leonesa. Solo los vecinos bercianos de Ponferrada podrán evitar que los leoneses consigan el ascender sin pasar por el drama de la promoción de ascenso. Así pues, el Nástic con el objetivo de asegurar entrar en play off, cosa que se había complicado con las victorias sabatinas de Andorra, Real Sociedad B y, sobre todo, la inesperada del Bilbao Athletic ante la Cultu.
Antes de empezar el partido, los tarraconenses bajaban hasta la 5º posición, empatados a puntos con el sexto con lo cual, un tropiezo pondría la promoción de ascenso muy cara cuando parecía que la tenían encarrilada.
En la parte visitante, el otro drama, el de no descender. Si Amorebieta, Segoviana y Barça B lo tienen en chino, hay otras dos plazas de descenso de las que quieren escapar 5 equipos separados por tan solo 2 puntos. El Real Unión marchaba con 40 y una victoria sería oro puro y hasta un empate les sacaría momentáneamente del pozo.
El Nástic empezó tipo vendaval. Ojo. A los 45 segundos robo rápido y pase atrás hacia Gorostidi que remató en el área pequeña muy ajustado al palo. A los 2 min, error en salida de balón del Real Unión dentro del área, cortó Pablo Fernández pero remató muy flojo. A los 3 minutos el centro fue de Migue Leal y el remate a bocajarro de Antonín lo repelió de manera espectacular el meta Wright. Siguiente minuto, otro centro, esta vez de Narro desde la izquierda y Pablo Fernández volvió a volear flojo. Los de Irún desarbolados pero vivos.
A los 6 primera incursión de los vascos con disparo desde la frontal de Sergio Benito que tras tocar en un defensa se fue a córner rozando el palo.
Y a los 8, cuando el lateral Sergio Santos se disponía a despejar de volea en su área, Antoñin, mucho más listo se interpuso entre el defensa y el balón provocando un penalti tan claro como inocente que el capi Joan Oriol transformaría ajustado al palo para poner el merecido 1-0.
Pero lejos de pensar que sería una tarde plácida en el Nou Estadi, el Real Unión tuvo el empate por medio de Rivero que solo ante Rebollo estrelló el esférico contra el portero local. El aviso se convirtió en realidad dos minutos después con el disparo de Dani Garrido desde la frontal que entre una nube de defensas sorprendía a Rebollo poniendo las tablas.
Y siguieron atacando los visitantes, sobre todo por banda izquierda. Varios disparos desde fuera del área que cortaron de golpe la energía grana del primer cuarto de hora.
Tras la media hora el partido entró en una fase más lenta, donde el Nástic tocaba sin ofender y el Real Unión esperaba balones largos a su dupla atacante, Sergio Benito y Obieta. Solo un remate de cabeza de Pablo a centro de Narro rompió la calma previa al descanso. Empate a 1-1 y todo por decidir. Desde luego la imagen del Real Unión no era la de un equipo en descenso y no salió a defenderse.
Empezó algo mejor el Nástic la segunda parte con un disparo de Pablo rozando la escuadra y sendos envíos de Narro y Gorostidi al lateral de la red.
En el 55 cambio de juego a la banda derecha donde Migue Leal realiza un control magistral y la pone al segundo palo donde Pablo Fernández cabecea suave pero colocado cogiendo a contrapié al portero y haciendo el 2-1. Le mejoría del Nástic se reflejaba en el marcador.
Y sin tiempo para que los visitantes reaccionasen, pelota que queda muerta en la frontal tras disparo rechazado de Roberto Torres, la controla Migue que suelta un duro disparo que reventaba la red y ponía el 3ero de los locales.
Y para redondear los 10 minutos horribilis de los vascos, colada de Antoñin por el centro que frena Quintana cuando el delantero enfilaba el área. Expulsión justa.
En 10 minutos los visitantes pasaban de empatar a perder 3-1 y quedarse con diez. Durísimo.
Metió cambios Dani Vidal y los suplentes salieron con ganas. En el 74 el recién entrado Marc Fernández pone un centro medido a Pablo Fernández que completaba el doblete y la goleada.

De ahí al final, un Nástic jugando a placer con uno más pudo aumentar la cuenta, pero Marc Fernández tuvo el punto de mira desviado y Alex Jiménez demasiado individualista. Fiesta en unas gradas que huelen a play off (llevan un año esperando vengar la afrenta)
Los visitantes seguirán otra jornada más en descenso, pero con 3 equipos a un solo punto de distancia y 4 partidos por jugarse.
El Nástic con el punto de mira en la segunda plaza tras el pinchazo de la Ponfe en Tarazona. Ha cogido por costumbre golear en casa pero también perder fuera.
Por cierto, hay que ser justos y destacar el casi perfecto partido del colegiado, ayudado por el resultado y los jugadores, pero que también cabe resaltarlo cuando los árbitros realizan su labor de manera destacada.