Se cumple una década del fallecimiento del último presidente del Real Murcia en el fútbol profesional.
La madrugada del viernes 18 de diciembre de 2015 falleció Jesús Samper, presidente que «devolvió al Real Murcia a la gloria y a la ruina» y el responsable de la construcción del estadio Nueva Condomina y de que «adelantase» su centenario. El empresario y abogado madrileño falleció a los 65 años en un hospital de la capital española el mismo día en el que estaba convocada una Junta General de Accionistas.

Su historial
Jesús Samper fue secretario general de la Liga de Fútbol Profesional entre 1983 y 1996, y con él llegaron los primeros estatutos, aprobados en 1984. También fue asesor jurídico del Real Madrid y presidió el Grupo Santa Mónica, que gestionaba los derechos audiovisuales de la RFEF.
El dirigente madrileño se erigió como máximo accionista del Real Murcia en 1998 y fue nombrado presidente en el verano de 2001. Consiguió dos ascensos a Primera División (2003 y 2007) y construyó el estadio Nueva Condomina (2006), aunque sus últimos años de mandato estuvieron marcados por el descenso administrativo del Real Murcia a 2ªB en 2014 y su enfrentamiento personal con Javier Tebas.
Llegada y el ascenso de 2003
La llegada del Grupo Santa Mónica al Real Murcia supuso la única vía de escape del Real Murcia por aquel entonces, descendido administrativamente a 2ªB en 1992 por no convertirse en Sociedad Anónima Deportiva y en Tercera División desde 1995. El club, hundido deportiva y económicamente e incapaz de pagar las mensualidades a su plantilla, tuvo que vender el estadio de La Condomina al Ayuntamiento de Murcia y agonizaba en la cuarta categoría del fútbol español.

Samper compró el club y en cuestión de 7 años, el Real Murcia había pasado de pelear por no desaparecer a ver en su estadio a Zidane, Figo o Ronaldinho. Sin embargo, al presidente le llegó la alegría ‘demasiado pronto’. Aquel cabezazo de Acciari materializó el ascenso en La Condomina, pero Samper aún tenía a medias el proyecto del nuevo estadio y no se tomó demasiado en serio aquello de jugar en Primera División, por lo que descendieron como colistas y sumando solo 5 victorias.

Ascenso de 2007 y “centenario”
Jesús Samper y varios miembros de la Junta Directiva de aquel entonces tomaron como prueba fehaciente de la fundación de la entidad un párrafo en un libro del periodista Antonio Aullón que mencionaba que la fundación del Real Murcia fue en 1908 y no en 1919 como figuraba en el artículo 1 de los estatutos del club.
El Real Murcia celebró su centenario en 2008 con diversos actos institucionales, un himno a cargo del grupo murciano Second, una camiseta conmemorativa, un libro sobre la Historia del club a cargo de Juan Ignacio de Ibarra, un concierto de Marc Anthony en La ‘vieja’ Condomina y un amistoso en la Nueva Condomina contra el Ajax de Stekelenburg, Huntelaar o Luis Suárez.

Con el paso del tiempo, casi toda la afición ha entrado en razón con que aquel “centenario” de 2008 que coincidía con una temporada en Primera División, fue más bien un “invento” del señor Samper y que la verdadera fundación del club data de 1919 –varios productos de merchandising oficial ya usan esta fecha–. Sin embargo, este hecho hizo que el Real Murcia se convirtiera en el primer club español en descender el año de su centenario.
En cuanto a temas futbolísticos, la plantilla de la temporada 06/07 fue hecha a conciencia para ascender y asentarse en la élite del fútbol español. Con la Nueva Condomina casi a punto, el club grana fichó a jugadores como Notario, Aranda o Gallardo y volvió a Primera 3 años después tras un empate en casa de la Ponferradina. Sin embargo, el fútbol no es una ciencia exacta y gastar dinero en «nombres más que hombres» no siempre implica hacer un buen año.

Samper hizo el mayor desembolso de la historia del fútbol murciano con jugadores como Baiano –fichaje más caro de su historia–, Mejía, De Lucas, Pablo García, Carini o Movilla y mandó al club de nuevo a Segunda, dejando a medias todos los proyectos que prometió con su llegada a finales de los 90: un proyecto urbanístico que iba a rodear el estadio y del que solo hay dos edificios que se ven desde la grada del fondo sur y una ciudad deportiva aún inexistente.

El dinero desaparece
Lo cierto es que el empresario y abogado no llegó a Murcia de casualidad ni por caridad. Samper vio en la capital del Segura una oportunidad para hacer mucho dinero gracias al ladrillo y necesitaba el favor de un ayuntamiento como el de Murcia. Las cosas no fueron bien. En 2008 llegó la crisis y además el club descendió de manera estrepitosa a Segunda División. El resultado aún se puede palpar en las cuentas de la alcaldía murciana y del club pimentonero.

El 10 de diciembre de 2008, Jesús Samper dimitió como presidente del Real Murcia, aunque seguía conservando sus acciones. Juan Guillamón fue nombrado máximo dirigente de la entidad y comunicó que el club tenía una deuda de 50 millones de euros. El 3 de febrero, tras 48 días al frente del Real Murcia, Guillamón dimitió y presentó el concurso de acreedores. El día 28 de febrero, Samper adquiere las acciones de su cuñado Juan Manuel Trujillo, se hace con el 97,3% de la entidad y al inicio de la 09/10 se convierte de nuevo en presidente.

Tras el descenso a Segunda División, el equipo volvió a 2ªB en 2010 tras aquel penalti en el Estadio de Montilivi que se le escapó a Alberto Cifuentes entre las manos. Aunque el Real Murcia rebotó al año siguiente y ascendió como líder del Grupo IV, el dinero de Samper era cada vez menor. Los pimentoneros salvaron la categoría casi de milagro las dos temporadas siguientes y, en la 13/14, con una plantilla más bien corta y con uno de los presupuestos más bajos de la liga, terminaron en cuarto puesto y jugaron los playoff de ascenso a Primera División.

No obstante, la alegría duró poco. Lo que se preveía un verano para consagrar al equipo en Segunda División y poder aspirar a repetir la gesta de la promoción de ascenso se convirtió en un verdadero infierno para toda la afición grana.
El caso Real Murcia
Los años de bonanza en Nueva Condomina tocaron definitivamente a su fin con el descenso administrativo de 2014. Si bien es cierto que el trato de la LFP con el club pimentonero fue mucho más perjudicial que el que tuvieron con otros clubes antaño como el Celta o el Sevilla, si un club no cumple con lo establecido por las normas debe ser castigado.
“Nosotros vamos a estar inscritos en Segunda División, te lo garantizo” dijo Samper en aquella rueda de prensa tras el estallido del caso. La mala relación entre el madrileño y Tebas venía desde que coincidieron en la LFP y tuvieron una batalla de egos por ver quién mandaba más. La situación llegó al límite cuando el Real Murcia llevó el caso a los juzgados y la RFEF ordenó a Tebas acatar el auto del juez e inscribir a 23 equipos (Real Murcia y Mirandés) en Segunda División.

La LFP y la RFEF retrasaron el inicio de la Segunda División y Segunda B por este motivo, porque ni Real Murcia ni Mirandés sabían dónde iban a jugar ese año. Finalmente, el perjudicado fue el club murcianista. Un juez distinto confirmó el descenso por repetidos impagos de impuestos a la Hacienda Pública y a la Seguridad Social y el Real Murcia, además se tuvo que ver obligado a disputar los partidos en el Grupo I, donde iría encuadrado el conjunto de Miranda de Ebro. En los próximos partidos, el cántico de «¡fuera Samper!» se convirtió en habitual en las gradas de Nueva Condomina.
Con un equipo prácticamente nuevo, hecho deprisa y corriendo y obligado a jugar contra equipos del noroeste español, el Real Murcia acabó en segunda posición aquel año por detrás de un espectacular Real Oviedo que terminó ascendiendo. Los murcianistas cayeron en playoff contra el Hércules y llevan desde entonces sin pisar el fútbol profesional.

Conflictos en la propiedad
Tras el fallecimiento de Jesús Samper a finales de 2015, fue el extremeño Raúl Moro quien se hizo con el 12% de sus herederos y más tarde compró el 73% restante para convertirse en el máximo accionista del club. Con Moro volvió la ilusión y las esperanzas por ascender a Segunda, pero el club volvió a hundirse aún más entre impagos y promesas vacías.
Se sucedieron los presidentes: Víctor Gálvez y Mauricio García de la Vega –que todavía no deja de dar guerra–. La deuda superaba los 50 millones y la afición salió a vender pulseras para salvar el club, se creó la Plataforma de Apoyo al Real Murcia, se introdujo el ‘modelo alemán’ en los estatutos del club y todo hasta llegar al actual presidente, Felipe Moreno, no sin antes pasar por Francisco Tornel y Agustín Ramos.

No se diferencia mucho Felipe Moreno de Jesús Samper. Moreno tampoco es un alma caritativa que llega a Murcia por amor al arte. El empresario busca sacar rédito económico como hizo con el Leganés, y es totalmente lícito. Sin embargo, el cordobés ya ha tenido la opción de vender el Real Murcia, ha metido mucho dinero para sanear las cuentas del club y va a luchar para acabar con los nuevos líos de la propiedad. Otros presidentes atrás habrían tirado la toalla y se hubiesen desentendido en cuanto hubiesen podido.

Jesús Samper fue el presidente de los últimos “años dorados” del Real Murcia. Sin embargo, hoy en día, con una base social mucho más grande que la de los últimos años en Segunda y con toda una generación de murcianistas que solo recuerdan ver a su club vagar por la tercera y cuarta categoría del fútbol español, el sueño de volver está más cerca que nunca de convertirse en realidad.

Alberto Moreno.
