Los de Marcelino, con un tanto decisivo del canario, pegan un golpe encima de la mesa en la pelea por la quinta plaza.
La UEFA Champions League. La Liga de campeones. La máxima competición continental esperaba a la vuelta de la esquina, y de eso eran conscientes verdiblancos y groguets. Betis y Villarreal se batían en un duelo fratricida por la quinta plaza de la clasificación, en busca de alcanzar el sueño de jugar con el parche de las estrellas en la camiseta la temporada que viene. Porque en Heliópolis, en ese barrio de las trece barras, sueñan con citarse con la historia esta temporada. Además, de buscar la machada con la que conseguir un hito histórico de ganar un título europeo, sinónimo esta campaña de UEFA Conference League, y tener derecho a disputar la próxima edición de la Champions. Esa musiquita emblemática que a todos nos gusta querían los del Villamarín que se escuchara la temporada que viene en su feudo. El Villarreal era el que lo quería evitar por todos los medios. Porque los de la cerámica son el equipo con mejor estadística fuera de casa después del Barcelona. Así lo reflejaron en el día de hoy, asestándole un golpe mortal al Betis, su rival más directo, en la pelea por un codiciada quinta plaza que da de momento acceso a la Champions la próxima temporada. Se debe a que el equipo de Marcelino es otro pretendiente de La Liga de campeones, y no quería bajarse de un tren que conduce a un cielo iluminado de estrellas.

En los primeros compases del choque de alto voltaje en el Benito Villamarín vimos a un Betis, que mediante la posesión de balón, era protagonista absoluto del encuentro. En eso prácticamente se basaba la película. Y que película, madre mía que manera de empezar. Se abre el telón. corría el minuto tres cuando, en una transición rápida del Betis, se juntaron Fornals, Antony, Antony y Fornals. Este último pone una apertura buenísima para que reciba Jesús Rodríguez y el joven canterano centre al área, para que tras el despeje fallido de la zaga del Villarreal, lo aprovechara un Ruibal que se encontró un balón llovido del cielo. Un auténtico caramelo que transformó en una excelsa volea el jugador catalán para materializar el 1-0 en el marcador y poner patas arriba el coliseo verdiblanco.
Después del gol, el Villarreal no quería venirse abajo y en la salida de un córner fue en busca de la reacción. Un empate que no se pudo transformar debido a que la defensa bética despejó el peligro antes de que rematara en la frontal Parejo. Partido bonito en el recinto heliopolitano y a la vez eléctrico entre dos equipos que luchaban por jugar la Champions el año que viene. Tan intensa era la batalla que no llegábamos al minuto 10 cuando Juan Foyth vería la primera amarilla de un partido lleno de ritmo. Tanto es así, que la segunda tarjeta amarilla llegaría tres minutos más tarde. Esta vez se la llevaría Thierno Barry, tras hacer una falta clara a un inspirado Isco que era el timón del Betis durante el duelo. A la salida de un saque de esquina, está vez del equipo de Pellegrini, comandado por el de Arroyo de La Miel, estuvo a punto de llegar el 2-0. Pero el cancerbero del conjunto groguet, Luiz Junior, atrapó el esférico seguro y con solvencia tras un cabezazo de Diego Llorente.
En el minuto 17, llegaría la polémica al Benito Villamarín, cuando el Cucho reclamaba un codazo de un adversario, Pidiendo la tarjeta amarilla e incluso algo más para el jugador del Villarreal. Aunque, el colegiado del encuentro, el señor Pulido Santana no decretaba absolutamente nada. Mientras tanto, al Villarreal le costaba crear peligro y ocasiones de gol. De hecho, le costaba incluso mantener la posesión y trenzar uno o dos pases seguidos. No daban señales de vida los de Marcelino en el área de Adrián San Miguel, que durante varios minutos no tuvo que hacer ninguna intervención de mérito. Hasta el minuto 26. Porque en ese minuto amigos y amigas, después de varios rebotes en el área del Betis, Thierno Barry, aprovechando el desconcierto del cuadro andaluz incapaz de despejar, estableció las tablas en el luminoso definiendo a la derecha de Adrián con un sensacional remate con el que despedazó las telarañas de la portería bética.
Volvíamos al inicio. Otra vez a empezar de nuevo. Eso diría el Betis que no se lo podía creer, pero que no se vendría abajo. Lo siguió intentando el equipo de las trece barras a través de Antony, que tras un pase marca de la casa de Isco y un tremendo recorte del brasileño para dejar sentado a su par, le pegó duro topándose con una gran estirada de Luiz Junior. El cuadro de la capital de Andalucía seguía dominando pese al varapalo del empate. Fornals e Isco eran los que gobernaban en el medio del campo, mientras que Antony y Jesús eran los puñales por banda. Y el Cucho Hernández, un auténtico titán que estuvo a punto de encontrar la luz tras un centro de Antony que estaba siendo una pesadilla para Sergi Cardona. Aunque el remate del colombiano se anticipó un buen situado Luiz Junior.
En cambio, el Villarreal respondía. Ayoze estuvo a punto de ajusticiar a Adrián en la segunda aproximación con peligro del conjunto procedente de La Cerámica. Sin embargo, su disparo desde el suelo se marchó rozando el palo por muy poco. Al filo del descanso tuvo que marcharse Diego Llorente en camilla después de un fuerte encontronazo en el medio del campo. En su lugar saltaba al terreno de juego Natan que veía cómo Antony tendría la última ocasión de una primera mitad que terminaba con tablas en el electrónico.
Tras el paso por vestuarios, saldría enchufado el Villarreal… o mejor dicho Ayoze, que cumpliendo y haciendo efectiva la ley del ex, aprovechó un pase de otro planeta de Dani Parejo para batir a Adrián y hacer el 1-2 en el marcador. Y que pudo ser más ya que Parejo con un disparo potente, se estrelló con el palo pudiendo dejar K.O al Betis. Salió metidísimo el conjunto castellonense que había dado la vuelta a la tortilla. Pese al duro golpe, no se rendiría el equipo de Pellegrini que con la ayuda de las más de 50.000 gargantas a su favor, persistiría en busca del empate. El entrenador chileno del Betis daría refresco al conjunto andaluz, dando entrada a Lo Celso en el minuto 60 al igual que a Bakambu. Fuera el Cucho y Jesús Rodríguez y bienvenidos a la fiesta a Gio y el congoleño. Este último tendría en su cabeza el 2-2. En su contra, su manso remate lo detendría Luiz Junior.

Pero en el minuto 64, llegaría el premio a la insistencia del Betis. Lo Celso caería en el área tras un derribo y Pulido Santana, sin pensarselo, pitaría pena máxima. En cambio, el premio se esfumaría debido a que De Burgos Bengoetxea desde el VAR avisaría a Pulido Santana de que fuera a verlo al monitor. El árbitro canario decidió, tras la revisión, que el penalti se anulara provocando la furia tremenda en el Benito Villamarín, y pocos minutos después volvería a encender al feudo verdiblanco con más polémica aún. El colegiado no decretó un posible penalti en el área del Villarreal. Isco se quedó a escasos centímetros de hacer olvidar la polémica con un mano a mano ante Luis Junior, que desaprovechó el malagueño para poner la igualdad.
Merecía el Betis esa igualdad por persistir y por el juego desplegado. Pero ya lo saben todos ustedes, cuando se juega con más corazón que cabeza no hay nada que hacer. No hubo tiempo para la esperanza. De hecho, no hubo atisbo alguno de ella. Ni siquiera con un cabezazo de Perraud en un descuento que acabó diciendo, Ayoze saca el pasaporte para la Champions.