¡Ya está aquí! Vuelve La Liga al Sadar, el Club Atlético Osasuna regresa a casa este fin de semana. Después del verano, lo más ilusionante para gran parte de la gente de Pamplona regresa a sus vidas, la ilusión de cada fin de semana cuando juegan los rojillos.
Veremos que depara esta temporada al club. Por un lado, han habido bajas de peso, como Jesús Areso, uno de nuestros jugadores con más minutos en la pasada campaña liguera, que se marchó al Athletic aunque dejando un buen beneficio económico en Pamplona. Además, se fueron libres varios jugadores como José Arnaiz, Rubén Peña y Unai García, ventas quizás algo más nostálgicas que importantes. También Pablo Ibáñez deja el club para firmar por el Alavés, que sin duda, ha sido una dura noticia para todos los aficionados. Y como última salida, Bryan Zaragoza puso fin a su año de cesión en Pamplona.

Pero no todo han sido despedidas, también han llegado caras nuevas. El primero en sumarse a la lista fue Valentin Rosier, lateral derecho llegado libre desde el Leganés, quien ilusionó a todo el osasunismo en el primer partido liguero (Vs Real Madrid).
Luego se sumó Víctor Muñoz, mediocentro de 21 años procedente del Real Madrid Castilla, que no se quedó atrás en su debut y seguro que va a ser un jugador importante por su velocidad y desparpajo.
Además suben al primer equipo algunos jóvenes con ganas de ganarse un hueco en primera división:
Iker Benito regresa de su cesión en el Mirandés, viene con el plus de que conoce a Alessio ya que fue su entrenador en Miranda de Ebro y lo tendrá más fácil para ganarse su confianza. Ander Yoldi también vuelve a Pamplona tras su etapa en el Córdoba. Además el club ha dado la oportunidad al canterano Asier Osambela que hizo una gran temporada el año pasado en 1RFEF, aún que todavía está pendiente ver el rol que va a asumir.

La plantilla no ha sido revolucionada, pero el bloque mantiene su carácter. Quizá no haya fichajes de nombres importantes, ni tan ilusionantes como las cesiones de Bryan o la de Abde años atrás, pero lo importante aquí no es quien llega, sino quien se queda y quien decide vestir la camiseta y defenderla cada fin de semana. Con Lisci al mando, ya sabemos que el corazón y la entrega valen más que cualquier nombre.
Mañana, en El Sadar, somos 20.000 contra 11. Los del conjunto “ché” vienen desde Valencia con ganas de sumar, pero aquí no pisan terreno firme. En Pamplona la afición juega, somos ese jugador número doce que hace temblar la grada.
¡Que ruja El Sadar y que empiece la Liga a lo grande!