En año y medio, el jugador catalán ha pasado de jugar en 3RFEF a colarse entre los máximos goleadores de 1RFEF y uno de los estandartes del Mérida.
Cuando hacemos la entrevista, el Mérida se encuentra a dos puntos de plazas de playoffs de ascenso a Segunda División.
Javi, nacido en Barcelona en 1996, jugó en el fútbol base del Cornellà y L’Hospitalet, entre otros, y se fue fraguando su carrera en el fútbol amateur en el Can Vidalet de Primera Catalana. En 2019 fichó por el Vilassar de Mar para debutar en Tercera Federación, y tras dos temporadas el Castelldefels de la misma categoría se hizo con sus servicios. Fue allí, en Els Canyars, donde se salió en la 2022/23 con 13 goles y llamó la atención del CE Europa de Segunda Federación. Un solo año en el equipo gracienc y tras su gran aportación con 9 goles, hacen que le lleguen ofertas de Primera Federación, entre las que se decanta por la del Mérida.
Según nos dice, elige la oferta del Mérida debido a que es un equipo que apuesta por jugadores procedentes de categorías inferiores, y añade: «yo necesitaba un sitio donde me ayudaran a crecer y creo que he venido al sitio idóneo».
El jugador romano tiene claro que «el estadio José Fouto y el apoyo de la afición son claves del buen hacer del equipo» esta temporada, algo que validamos al ver que el Mérida es el mejor local, mientras que como visitante solo sumaba una victoria en el momento de la charla.
Javi nos cuenta que la piña entre los jugadores es total, hacen muchos planes de salir juntos e incluso de vez en cuando hacen torneos de ping-pong.
«Montamos una liga de ping pong, cada uno es una selección, y un día compramos petardos, bengalas, maracas, pitos, trompetas… luces apagadas, entrada con música, árbitro de mesa, la verdad es que nos lo pasamos increíble».
Al preguntarle por un sueño realista por cumplir en el mundo del fútbol, Javi no tiene dudas: jugar los playoffs de ascenso este año.
Dos días después de la entrevista, Javi Eslava marca un doblete ante el Betis Deportivo-su noveno gol- y el Mérida gana 0-4. El conjunto romano solo había ganado un partido fuera de casa, ¿habremos sido el amuleto?