Mientras Holan… perdón, Países Bajos, se batía en duelo contra la Francia del hombre enmascarado, es inevitable que venga a mi memoria y a la de muchos de mi generación todas las Eurocopas, Mundiales, partidos, vividos en estos veranos. En Twit…perdón en X se recuerda cada día algún aniversario de un gol, jugada, atraco… Ahora tocan los 30 años del Mundial USA’94: El doping de Maradona, el autogol de Escobar, el fallo de Salinas…pero eso ya tocará otro día.
Como les pasa a muchos futboleros de 30 y muchos años (que generoso soy conmigo mismo), no nos acordamos de lo que comimos hace dos días, pero sí de alineaciones y partidos de nuestra infancia/adolescencia como si fuese ayer. La primera Euro de la que tengo vaga memoria es la de 1988, también en Alemania como la que se disputa actualmente, pero a la vez muy distinta. Era una Alemania dividida en dos países, con el telón de acero agrietándose y a punto de poner (otra vez) a la vieja Europa patas arriba.
La Eurocopa 88 se disputó en Alemania Occidental, la RFA, la Alemania capitalista o llámenle ustedes como quieran. 8 selecciones en la fase final (si Ceferin levantara la cabeza…) con lo cual las fases de clasificación eran salvajes. Se quedaron fuera clásicos como Francia o Portugal y también potencias de la época como Polonia, Yugoslavia o Bélgica. Por si fuera poco, Inglaterra y España quedaron fuera en la primera fase, los pross perdiendo los 3 partidos. De la Euro en si tengo lagunas propias de tener 6 años, flashes y, por encima de todo, una camiseta. Como un flechazo, esa naranja de Holanda (en el 88 todavía era Holanda) era magnética. Admito discusión a nivel de camisetas de selección con la de Alemania en Italia 90,
Dinamarca en la Euro 92, Inglaterra en España 82 e incluso Brasil en Usa 94 pero poco más. Aún hoy en día esa camiseta es mayoría en las gradas de aficionados neerlandeses. Encima, la portaban unos jugadores que eran lo más ese verano: los 3 holandeses del Milán de Sacchi, más buena parte de la plantilla del PSV campeón de Europa contra todo pronóstico, entre ellos Ronald Koeman, hoy seleccionador y de aquella, estrella en el PSV y presto a partir tras la Eurocopa a escribir junto a Cruyff una de las épocas más bellas de la historia del Barça.
La final no fue en Berlín como sería menester (la apasionante geopolítica es lo que tiene) sino en el Olímpico de Múnich, sede 16 años antes de los JJOO más polémicos que se recuerdan. Pues allí, en Baviera, en el corazón de la RFA, se citaron Holanda y la URSS, hermanos mayores estos últimos de la vecina República Democrática Alemana.
Quién nos iba a decir que año y medio después esas dos Alemanias, esos dos mundos antagónicos, esas dos formas de entender la vida en la segunda mitad del siglo XX se iban a unificar tras tumbar el muro más famoso de la historia.
Un cabezazo imponente a la media hora del look más reconocible del fútbol en aquella época, Ruud Gullit, las rastas de Europa, 10 de la oranje y motor del Milan campeón de Sacchi, puso en ventaja a los tulipanes en la primera parte. Y en la segunda, EL MOMENTO. Icónico, sublime, plástico. Podría poner adjetivos hasta que se acabe la Euro, pero mejor poner el link en Youtube y gozarlo hasta el infinito. El robo de Van Tiggelen, la apertura a la izquierda a Mühren, el centro de este que parecía muy pasado. Y allí aparece el 12, Marco Van Basten: delantero suplente en el inicio de la Euro. Mal primer año en el Milan tras golear año tras año en la Eredivisie, lastrado por continuas lesiones en el Calcio. Bosman era el titular. Pero una derrota en el primer partido precisamente vs la URSS provocó que el viejo Rinus Michels le diera la oportunidad ante Inglaterra… y enchufó un hattrick. Y otro gol en semis ante los anfitriones más un penalti forzado. Y mientras contextualizo el momento, el balón de Muhren seguía subiendo. Tan lejos, tan pasado, tan bombeado que si llega a botar se pierde por la línea de fondo. Pero allí estaba Van Basten para intentar lo imposible: agarrar una volea casi sin ángulo. ¡Si además el portero soviético era la reencarnación de Yashin! Rinat Dasaev (ahora Dasayev) Un bicho de 1,90 en época de porteros bajos y ágiles casi imposible de batir por arriba y que estaba haciendo una Euro colosal. Pero Van Basten creyó, quizás fue el único en el estadio y en su país. La volea fue perfecta. La estirada de Dasaev, inútil. El arco que dibuja el balón, historia del fútbol.
Nadie selo explicaba. El gesto de Rinus Michels llevándose las manos a la cara incrédulo también forma parte del gol, como Robson cuando Ronaldo Nazario marcó ante el Compostela. Este era el gol de todas las Eurocopas. Y hasta hoy… Holanda vengaba a la generación de Cruyff y ganaba su primer torneo internacional. Van Basten se consagró como el mejor delantero del mundo durante varias temporadas, hasta que las lesiones se lo permitieron. Dasaev aprovechó el deshielo de la URSS para fichar dos temporadas por el Sevilla y disfrutar de la ciudad hispalense
pre Expo 92. El mundo estaba cambiando.
Quizás ese gol fue el comienzo. Quién sabe…