1. Inicio fluido del Dortmund: presión y verticalidad
El planteamiento inicial de Niko Kovač fue claro desde el minuto uno: presión alta, ataques verticales y ritmo asfixiante. El Dortmund salió con un 3-4-3 muy flexible, con los carrileros Yan Couto y Bensebaini actuando como extremos y escalando constantemente. Buscaban superioridad en las bandas, especialmente sobre Gerard Martín, punto débil anticipado por el cuerpo técnico alemán.
Esa presión forzó errores en salida de balón del Barça, como el de Araújo en la primera jugada peligrosa. Szczesny se vio exigido desde el inicio y acabó cometiendo un penalti tras una pérdida provocada por la presión. La ejecución de Guirassy (Panenka) mostró la confianza del Dortmund en su plan.
El Barça no supo cómo escapar. Intentaba construir desde atrás con De Jong bajando entre centrales, pero ni Fermín ni Gavi lograban girar entre líneas. Koundé rompía el fuera de juego en demasiadas ocasiones y sufría constantemente por su lado.
2. Desconexión ofensiva del Barça: falta de ideas y pérdidas constantes
En fase ofensiva, el Barça quiso calmar el juego con posesiones largas, pero se encontró con un problema: cada pérdida en campo propio era un cuchillo. Lamine y Raphinha estuvieron especialmente erráticos. Entre ambos sumaron 38 pérdidas: 21 del español y 17 del brasileño, una cifra insostenible para un equipo que pretendía tener el control.
Lewandowski, totalmente desconectado, apenas tocó balón en zonas peligrosas. El polaco apenas recibió apoyos cercanos y fue devorado entre Süle y Anton. El Barça no remató a puerta en toda la primera parte: síntoma claro del caos creativo.
Fermín, pese a su intensidad, no encontraba línea de pase clara y estaba forzado a conducir, lo que aumentaba la exposición tras pérdida. Gavi, muy solo en cobertura cuando el balón salía por derecha, no pudo contener las transiciones rivales.
3. Doble pivote desequilibrado: Gavi y De Jong, desbordados
Sin Pedri de inicio, Flick apostó por Gavi como interior izquierdo con más responsabilidad creativa, pero el sevillano no encontró ritmo. De Jong tuvo que multiplicarse para ofrecer apoyos y evitar filtraciones. Ambos quedaron desbordados, especialmente en los primeros 30 minutos, cuando el Dortmund generó hasta 10 remates y 1.38 xG.
La pareja Groß–Nmecha supo leer bien el caos azulgrana en el medio. Variaron alturas constantemente y buscaron tanto el pase vertical como el cambio de orientación. Adeyemi y Beier fueron punzantes atacando desde fuera hacia dentro, aprovechando la superioridad numérica en los costados.
4. Momento clave: el 2-0 y el giro tras el autogol
Nada más iniciar la segunda parte, Guirassy firmó su segundo gol aprovechando una mala cobertura en un córner. Antes, Szczesny había evitado el 2-0 con una doble intervención. Dortmund explotaba cada error culé en área propia.
Pero cuando el 2-0 podía activar una remontada real, llegó el giro: Fermín, el más errático, rompió por banda y forzó el autogol de Bensebaini con un centro tenso. No fue una acción brillante, pero fue clave. El 2-1 bajó las revoluciones alemanas y permitió que el Barça reorganizara su estructura.
5. Entrada de Pedri: control, pausa y otra lectura
Con el 2-1, Flick activó su comodín: Pedri. Y el efecto fue inmediato. El canario tomó el timón, aceleró cuando debía y enlazó mejor con De Jong. El Barça pasó a tener secuencias más largas de posesión y logró disminuir el ritmo. La entrada de Ferran también permitió fijar mejor por banda y dar descanso a un Lamine desbordado.
El cambio a un 4-3-3 más cerrado ayudó al Barça a controlar el espacio interior, y el Dortmund empezó a chocar contra un muro. Eso sí, en defensa el Barça siguió dejando errores individuales. En uno de ellos, Araújo falló un despeje dentro del área y Guirassy aprovechó para hacer el 3-1 (hat-trick). El guineano se colocó como máximo goleador de la Champions (13 goles).
6. Flick ajusta con cinco atrás: cierre de emergencia
Los últimos 15 minutos fueron un ejercicio de contención. Flick, sabedor de los errores defensivos de Araújo y Koundé, bajó la línea y ordenó defensa posicional con repliegue medio-bajo. Entraron Eric García y Christensen para cerrar zonas y ganar en juego aéreo. El Dortmund empujó, pero ya sin tanta claridad.
Las estadísticas lo reflejan: el Barça acabó con más posesión (53.7%) pero el Dortmund remató 15 veces por solo 5 de los culés. El partido fue de los alemanes, pero la eliminatoria seguía del lado azulgrana.
Resumen tactico«Objetivo cumplido, pese a todo.»
- El Barça falló en el control emocional y táctico del partido. Regaló muchas posesiones y concedió un ritmo que beneficiaba al Dortmund.
- El tridente ofensivo fue improductivo, y el equipo vivió de errores rivales más que de méritos propios.
- La entrada de Pedri fue decisiva para cerrar el partido. El canario controló el centro del campo y permitió respirar al equipo.
- Flick reaccionó bien en los cambios, pero el Barça necesita corregir su fragilidad defensiva y las pérdidas en salida si quiere competir en semifinales.
La eliminatoria dejó luces… pero también muchas sombras.