Los equipos catalanes vivieron un tenso encuentro, el cual casi termina a los puños.
Este miércoles, C.E. L’Hospitalet y Espanyol B tuvieron un amistoso lleno de goles, patadas, broncas y ánimos alterados. Los equipos catalanes se enfrentaron en el Estadio Municipal de L’Hospitalet y la victoria se la llevaron los ‘pericos’, por 3-4.
No parecía un simple amistoso, sino algo más. Ambos conjuntos lo vivieron como si fuera una final. Tanto así, que estuvieron a nada de irse a los puños sobre la segunda mitad.
El primer tiempo fue dominado por Espanyol, que se apoderó de la pelota y de las llegadas al arco rival. Mientras tanto, los locales se replegaron atrás y se quedaron sin reacción, casi que sin crear peligro durante los primeros 45’.
Los ‘periquitos’ crearon mayor peligro por las bandas y así fueron desequilibrando el trámite. El primer tanto fue un gran remate de zurda de Marcos Fernández, desde la banda izquierda. Poco pudo hacer el portero Adriá Aliaga.
Al rato cayó la segunda emoción, otra vez por la izquierda. Desde la banda tiraron un centro para Christ Letono, quien ganó bien por arriba y puso un mandó el cabezazo al fondo de la red.

Ya en la segunda mitad, los ánimos se pusieron calientes y solo era cuestión de tiempo para que las cosas se descontrolaran. El juego estuvo frenado por faltas constantes y lo amistoso ya estaba en segundo plano.
Al 47′ llegó otra anotación más. Hugo Carozo, de cabeza, marcó tras una jugada de tiro de esquina. Era el 3-0 parcial. Mientras, el cuarto fue nuevamente de Letono, quien definión en un «mano a mano».
En lo siguientes tramos aumentó el festival de patadas (de ambas partes), hasta que al minuto 65 se vivió una fuerte escena. Una patada criminal de Xavier Rufo (del Espanyol) dejó al rival en el piso y provocó que, de inmediato, comenzaran los empujones e insultos entre rivales. Por poco se iban a los puños, pero las cosas se pudieron calmar.
Y cuando parecía que todo estaba sentenciado, comenzó la agonía. Nadie lo veía venir, pero Hospitalet “recobró vida”. Los locales descontaron rápidamente al 82′ y 83′, con goles de Andy Molina y de Buba. El primero fue un fuerte remate de fuera del área; el segundo fue un error del portero rival, en donde Buba empujó con arco vacío.
En menos de un minuto todo cambió: el marcador estaba 2-4 y el cierre se puso atractivo, con un Hospitalet valiente, que fue por más.

Y por si fuera poco, al 86′ se puso el 3-4 tras un autogol de Adama Timera. En ese momento, los locales soñaron con un empate que instantes atrás parecía imposible, mientras que los espectadores en el estadio no podían creer lo que sucedía.
Todo finalizó 3-4, con un Hospitalet que “resurgió de las cenizas” (aprovechando el hombre de más) y rozó la igualdad, mientras que Espanyol lo acabó sufriendo. La noche tuvo de todo: buen fútbol, muchos goles, expulsiones e insultos. Y pensar que era un amistoso de pretemporada…