Tras desplegar un juego propio de 5ª división, la Recia (nombre poco adecuado para un equipo como el de ayer) salvó los papeles en el descuento desde los 11 metros.
La Balompédica Linense se despierta este lunes ocupando la 13ª plaza (de promoción) y tan solo tres unidades por encima del abismo llamado ‘Tercera Federación’. Después de una sosa primera parte en la que, aunque los albinegros fueron superiores, no llegaron a concretar nunca ninguna jugada de peligro manifiesto; los locales disgustaron a su afición en los últimos 45 minutos con un esperpéntico desempeño que solo pudieron remediar gracias a un torpe penalti del conjunto esteponero en los últimos instantes. El 1-1 que reflejó el nuevo videomarcador al término del partido no deja sabor de boca distinto al de una derrota.
Los primeros minutos del partido parecían fundamentar un dominio de los locales sobre el juego. La Real Balompédica Linense movía bien el balón de un lado a otro en ataque, usando a Joao Pedro y Carrasco por las bandas. En cuanto el Estepona se hacía, brevemente, con la posesión, los balones largos que dirigían los costasoleños a los dominios albinegros eran eficazmente anulados por la zaga. Sin embargo, la Balona no encontraba en el área rival recursos para amenazar el arco defendido por Alfonso Liceras. Jack Harper, desaparecido, no funcionó como debería funcionar la punta de lanza de la delantera entrenada por Javi Moreno; que por otro lado, había sido afectada por la baja de Fran Carbiá antes del pitido inicial.
Fue entonces que, tras un par de acercamientos peligrosos de los blanquinegros, el Estepona espabiló y se hizo al partido. Un rápido balón vertical propició un uno contra uno en el que Álex Lázaro fue lo suficientemente intimidante como para que el chut se marchara levemente desviado a la izquierda de la portería que tiene de testigo al fondo sur. Los de rojo empezaban a avisar justo antes de que los 22 jugadores marcharan a vestuarios.
La segunda parte de la vergüenza
Los 15 minutos de descanso y charla técnica fueron infinitamente mejor aprovechados por los visitantes. La Balona no tardó en arrodillarse ante un rival que lo subyugó durante toda la segunda mitad. El Estepona mareaba con Juanan, Marin y Mati Castillo a una Recia impotente. El susto vino con un zurriagazo envenenado que tocó el travesaño y rebotó fuera de la línea de gol; el horror, con un punterazo que Marin canjeó por gol y festejó con rabia.
Los locales desaprendieron el concepto de mediocampo y jugaron al ‘balonazo y lo que surja’. El Estepona se pudo permitir el lujo de, alternativamente, dejar pasar el tiempo y atacar con exuberancia. La sustitución de dos pesos pesados como Jack Harper y Joao Pedro no transformó el juego de los linenses.
En uno de esos encorajados balonazos, en el 94, los nervios traicionaron al Estepona con un errático e innecesario penalti. Carlos León disparó con rabia a la portería esteponera. El cuero, alto y centrado, acabó en el fondo de las mallas.
El punto conseguido no calma la indignación de los balonos. La Balompédica Linense juega con fuego al no ser capaz de alejarse jornada tras jornada de un descenso que sería trágico en todas dimensiones. El equipo de Javi Moreno se ha desinflado con el tiempo después de haber encarado el nuevo año con una mucha mejor cara. El tiempo dirá si la ansiedad se alarga hasta Mayo y la tragedia se consume.