El Betis Deportivo cae en casa ante el Real Murcia y la crisis se agiganta.
Una de las reglas no escritas del mundo del futbol cita lo siguiente «entrenador nuevo, victoria segura». Con esa mentalidad llegó el Real Murcia a la Ciudad Deportiva Luis del Sol, la casa del filial del Betis. Tras el agónico triunfo en penaltis en Copa ante el Antequera, los muchachos de Adrián Colunga querían prolongar la dinámica en liga, en el duelo de colistas. Por su parte, los de La Palmera buscaban la segunda consecutiva en casa y engancharse a la lucha por la permanencia.
Y el partido no defraudó: las necesidades de ambos se vieron reflejadas al minuto de partido, cuando Mawuli entró con la plancha a Ekain y vio la primera amarilla del encuentro. El Betis monopolizó la posesión, pero el Murcia hacía mucho daño al contraataque, y así llegó el primer tanto del partido: recibió Ekain en mediocampo, y le da tiempo a meter un pase en profundidad justo antes de recibir una falta. El árbitro concedió la ley de la ventaja, y Flakkus tras ganarle con excesiva facilidad la espalda a los centrales, no perdonó el 0-1.
El tanto solo hizo que aumentar el nerviosismo por parte de los locales, que solo a través del tándem Carlos Reina-Bladi, hacían daño por la banda. El final del primer tiempo tuvo color grana, Flakkus y Palmberg tuvieron en sus botas el 0-2. Con pocos pases, los visitantes desarbolaban la zaga bética, cuyo peligro en la primera mitad solo se traducía a balón parado.

La expulsión enloqueció el partido
Tras el descanso, los hombres de Javi Medina duplicaron el ímpetu y salieron en tromba a por el empate: Carlos Reina trataba de dominar la zona dogso y Sosu buscaba ser punzante ante un Álvaro Bustos con amarilla. Pero a los 12 minutos de la reanudación, Yoan Koré pecó de inexperiencia y llegó muy tarde a un lance en mitad de cancha que le costó la segunda amarilla.
El Betis Deportivo, con uno menos y colistas destacados, tiró de orgullo: dos minutos después de la roja, una falta lateral sin demasiado peligro se convirtió en un caramelo, para que Rodrigo Marina, con colaboración de un endeble Gazzaniga, empatase en partido. A partir de ahí, el encuentro se volvió loco: los locales empezaron a creérselo, y casi logran sacarle la tarjeta roja al Murcia, con una supuesta agresión de Álvaro Bustos.
Pero las ansias de victoria cegaron al entrenador local, que decidió no reforzar la defensa, y jugar a tumba abierta en busca de la victoria. Eso los aprovechó el Murcia, que con dos demonios como Pedro Benito y Flakkus, hizo mucho daño al contraataque, tanto que cada vez la zaga bética estaba más y más descubierta hasta que una internada de Jorge Mier, se convirtió en un remate a bocajarro del punta Esloveno, que consumó su doblete a 5 minutos del final.

Ya en el descuento y con el Betis volcado a por el empate, Pedro Benito casi logro aumentar la renta hasta en 2 ocasiones, pero Gismera bajo palos y el fuera de juego, dejaron el marcador 1-2. Resultado que le ayuda al Real Murcia a mantenerse en la pomada de esta categoría tan apretada, ante un Betis que inicia noviembre con solo 7 puntos y sigue con pésimas sensaciones en todos los aspectos.
