La tarde se presentaba cubierta y fresca en Tarraco. Mucho bocata, mucho túper y mucho refresco en los aledaños dada la hora del partido. Si es por ahorrar luz en el estadio que lo pongan a las 12h como muchos equipos modestos, pero las 15h30…? La afluencia al campo, lógicamente, se resintió. Al inicio no habría ni 2 mil espectadores, que luego fueron entrando a cuentagotas hasta alcanzar los 5 mil fieles de cada jornada.
El técnico local, Dani Vidal, hacía debutar como titulares a sus tres fichajes de invierno. Los dos laterales Migue Leal y David Juncá, por las sanciones de Pol Domingo y el capi Joan Oriol y también a Borja Granero, último reclutamiento para dotar de aún más veteranía a la defensa.
Los visitantes venían en caída libre. Si en su primer descenso de Segunda a Primera RFEF consiguieron volver al fútbol profesional a la primera, en su segundo descenso la cosa no parece tener fin. A 8 puntos de la salvación, sin ganar desde el 30/11 y con un enemigo íntimo del Nástic en el banquillo, el hombre que llevó al extinto Reus a la cima, Natxo González, que sustituyó a mitad de temporada al mito del Athletic, Julen Guerrero.
En principio los 16 puntos de diferencia en la clasificación dictaban quien era el favorito. El balón era casi en exclusiva del Nástic, pero sin ocasiones claras. Solo un inocente disparo de Jaume Jardí en el 11 llevo algo de peligro. El Amorebieta, a lo suyo, ordenado y poco más.
En el 18 se rompió el tedio con una gran acción del lateral grana Migue Leal que recortó en el pico del área y chutó provocando la primera gran intervención de Unai Marino.
Lo siguió intentando el Nástic con una volea del debutante Juncá que se estrelló en un defensa, otro centro sin rematador de David Concha y un nuevo remate de Pablo Fernández en posición acrobática que atrapo el portero vasco. Del Amorebieta en ataque sólo un cabezazo a la salida el único córner de la primera aparte de Ben Hamed que se fue arriba.
Cero goles, pero muchos bostezos al descanso. En los locales se notaba la falta de acoplamiento de los nuevos y la ausencia por gripe de Victor Narro en esa banda izquierda. Tampoco es la de extremo la posición natural del 9 Antoñin Cortés, con voluntad, pero nulo acierto.
En los vascos viendo de donde vienen, correctos. Orden, solidaridad y pocos agobios en la primera parte.
La segunda solo podía mejorar, o eso pensábamos todos. Un disparo otra vez de Migue Leal a los 5 minutos presagiaba más ritmo…. Y si, pero del lado que nadie presagiaba. En el minuto 10, en la primera llegada con peligro en todo el partido un Dani Selma remataba un centro desde la banda derecha para silenciar al estadio. El colista se adelantaba sin merecerlo, pero… this is football.
Y aquí empezó otro partido. Recital del Amorebieta de perder tiempo en cada acción (lógico siendo colista) e impotencia del Nástic que no conseguía romper el muro azul. Juncá tuvo un disparo que se fue rozando el poste. Ni el triple cambio en los grana ayudó a tener las ideas más claras en ataque. Gran labor en el doble pivote vasco de Coulibaly y Ben Hamed, incansables tapando vías de pase.
Dice una de las leyes no escritas del fútbol que no conviene hacer cambios con falta o corner en contra. Eso hizo el Amorebieta en el 76 y en esa falta pasó de todo. El saque de la falta se paseó por el área y se estrelló en el palo, el rechace lo recogió Pablo Fernández y lo estrelló en el larguero y a la tercera y de rebote, el central suplente Gorka Pérez ponía la igualada (justa) en el marcador.

Tocaba arrebato en Tarragona y y Dani Vidal metió a otro delantero (acabó jugando un 4-2-4) ya que el empate tampoco era buen resultado.
Se vinieron los mejores minutos del partido (tampoco era muy difícil visto el nivel de lo anterior) más por emoción que por juego. El Nástic atacaba con todo y el Amorebieta arañaba tiempo en cada acción para salvar el empate. Pero no hubo ocasiones claras, los delanteros tarraconenses no tuvieron el día y el partido finalizó con empate.
Empate que no saca de pobres a ninguno de los dos según sus diferentes objetivos. El Nástic porque ve como se aleja el tren del ascenso directo, aunque el primer objetivo siempre es jugar el play off de ascenso, y el Amorebieta porque, aunque saca un punto de uno de los campos más difíciles de la categoría, sigue hundido a 7 puntos de salvación.
Para que os voy a engañar, no ha sido fácil escribir una crónica de un partido tan espeso. Mucho mérito a los que vinieron. Pero no siempre los partidos van a salir como el Benfica-Barça! La 1RFEF también tiene su encanto….