Tarde muy calurosa , clásica de junio, 30 mil gargantas llenaban un estadio digno de Primera, La Nueva Condomina Enrique Roca, para una semifinal del play-off de ascenso a la Liga Hypermotion.
En la ida, Nàstic y Murcia empataron a uno en un encuentro pobre de fútbol pero lleno de emoción en el que unos por empatar en el tramo final y otros por jugar la vuelta en casa valiéndole el empate quedaron satisfechos.
El ambiente era de día grande y los pimentoneros salieron a morder e intentar amedrentar a los catalanes, que achicaban balones de su campo y apenas lograban realizar alguna jugada combinativa. Flakus y sobre todo Moha tuvieron las mejores y únicas ocasiones de la primera parte. El Nástic impreciso en la salida del balón al menos veía como bajaba la marea del acoso local y logró estirarse aunque sin crear peligro
Al descanso, misma tónica que en la ida, poco fútbol y mucha precaución. EL Murcia con ventaja no iba a arriesgar mucho más y el Nàstic esperaba la suya
Salió algo más valiente el Nàstic en la reanudación y en las gradas conforme avanzaba el segundo tiempo se mascaba que un gol iba a ser decisivo. Y la jugada clave llegó en el minuto 59. Por fin una salida de balón aseada de los tarraconenses por medio de Eric Pujol, toque de lujo de primera de Roberto Torres, apertura a banda de Migue para Victor Narro y mejor centro del extremo que remata Pablo Fernández de volea batiendo por alto a Gazzaniga. El mismo jugador que empató en la ida saliendo desde el banquillo, marcaba un gol vital. El Nàstic, sin mucho merecerlo, cumplía el objetivo de marcar y ponerse por delante en la eliminatoria.
Pero quedaba media hora y el Murcia, alentado por su afición, se lanzó a por el gol que igualase la eliminatoria hasta la prórroga. Esos riesgos ofensivos, provocaron claras contras que el Nàstic no supo aprovechar al no saber acabar las jugadas en el último pase. Nervios, cansancio, todo en juego.
En los 10 minutos finales llegaron las más claras para el Murcia, sobre todo una salvada de Joan Oriol en un remate que iba a puerta y, en el 86, un centro al segundo palo, Rebollo duda en la salida e Isi remata a bocajarro impactando el balón primero en el propio Rebollo y luego en el larguero. También hubo unas manos dudosas de Eric Pujol en un balón que bajaba con nieve que el árbitro no consideró penalti.
El run-run en la grada iba en aumento y el goteo de cambios visitantes ralentizaba lo máximo posible el partido. El Murcia colgaba balones ya con más corazón que cabeza pero no consiguieron derribar la muralla visitante.

Decepción total y silencio monumental en La Nueva Condomina. Un equipo diseñado para ascender se volvía quedar a las puertas de poner en el mapa del fútbol profesional a la ciudad murciana. El contraste, la euforia y alegría de la afición grana situdada en el córner visitante, que veían que un año después, volvían a estar en la final por el ascenso. Su rival, la Real Sociedad B, tercer play-off en 4 años. Del pesimismo tras la ida, a la ilusión de verse a dos partidos del fútbol profesional. Si tropiezan con la misma piedra o no, lo veremos en los dos próximos findes.