Mañana de nervios, sufrimiento y alegría en La Fuensanta. La UB Conquense necesitaba un punto para certificar la permanencia en Segunda RFEF y lo consiguió tras empatar 1-1 ante el Real Madrid C. No fue un partido brillante, pero sí uno de esos en los que lo importante era sacar el resultado, como fuera. Y la Balompédica, aunque con sufrimiento, lo hizo.
El partido empezó con respeto total entre los dos equipos. Nadie quería arriesgar demasiado y eso se notó en el ritmo de la primera parte. El Madrid C movía el balón por el medio del campo, con Bruno y Romera manejando los tiempos, pero sin llegar a inquietar de verdad a Bernabéu. El Conquense, bien plantado atrás, apostaba por buscar alguna ocasión aislada.
La primera gran oportunidad fue para Monterde, tras un buen pase de Sergio Rodríguez, pero su disparo se marchó desviado. Poco después, Antonio Fernández estuvo listo para aprovechar un error de Quetglas, aunque no pudo empujar el balón a portería. Pocas cosas más antes del descanso y 0-0 en el marcador, con todo por decidirse en la segunda mitad.
Y ahí llegó el susto. No se había cumplido ni un minuto de la reanudación cuando el Real Madrid C se adelantó: centro de Manu Márquez desde la izquierda y Bruno Iglesias, de semivolea, puso el 0-1. Silencio absoluto en La Fuensanta. El gol dejaba al Conquense muy tocado y obligaba a remar contracorriente.
Pero el equipo de Rober Gutiérrez no se vino abajo. Con personalidad, adelantó líneas y empezó a morder arriba. La entrada de Jairo Cárcaba dio frescura al ataque y a los pocos minutos rozó el empate con un cabezazo que salvó Quetglas con una gran parada.
La recompensa llegó poco después, en una jugada embarullada tras un córner: Héctor Rubio sacó en corto, la pelota quedó suelta en la frontal y Bema Sina se animó a pegarle. El disparo tocó en un defensa del Madrid C y despistó al portero visitante. Gol. Estallido en La Fuensanta. El tanto no solo igualaba el partido, sino que acercaba muchísimo la salvación.
En el tramo final, el Conquense gestionó muy bien el resultado. Atrás, Chete y Monty firmaban un muro; arriba, Olivares y compañía buscaban dormir el partido y aprovechar alguna contra. El Madrid C lo intentó a balón parado, pero sin suerte, y con el pitido final, La Fuensanta respiró tranquila.
Abrazos, fotos, premios —con Pablo Olivares elegido mejor jugador de la temporada por la Peña Mirando pa’ Cuenca— y mucha emoción en una tarde que acaba con final feliz. La Balompédica cierra su primer año en Segunda RFEF cumpliendo su objetivo: seguir creciendo.
La próxima semana tocará viajar a Yaiza para cerrar el curso, pero ahora, con la tranquilidad de saber que la próxima temporada volverán a estar entre los mejores.
FOTO PRINCIPAL: EL DEPORTE CONQUENSE
Iker Vicente