El Clásico que definió la final de la Supercopa de España no solo destacó por la intensidad y la rivalidad, sino también por la diferencia táctica que marcó el resultado. Aquí desglosamos cómo ambos equipos se enfrentaron desde el punto de vista táctico y por qué el FC Barcelona logró imponerse con claridad sobre el Real Madrid.
El planteamiento inicial
Real Madrid (4-3-3 modificado): Carlo Ancelotti apostó por una alineación que buscaba explotar las transiciones rápidas. Utilizó a Tchouaméni como central improvisado junto a Rüdiger, mientras que Lucas Vázquez y Mendy ocuparon los laterales. El tridente ofensivo formado por Rodrygo, Vinícius, y Mbappé prometía velocidad y verticalidad, pero se vio limitado por una desconexión general entre las líneas.
Barcelona (4-2-3-1): Hansi Flick optó por un esquema que priorizó el control del balón y la presión alta. Casadó y Gavi se encargaron de cortar cualquier intento de transición blanca, mientras que Pedri fue el cerebro del equipo en el mediocampo. En ataque, Raphinha y Lamine Yamal destrozaron a los laterales del Madrid, mientras que Lewandowski fijó a los centrales y liberó espacios para los mediapuntas.
Primer tiempo: La batalla por el mediocampo
El Real Madrid comenzó con un gol temprano de Mbappé gracias a un contragolpe letal, pero ese fue prácticamente su único momento de superioridad táctica en el partido. Desde el inicio, quedó claro que el mediocampo del Barcelona, con Pedri, Gavi y Casadó, era muy superior en términos de posicionamiento y lectura del juego.
- Presión alta del Barça:
El equipo de Flick ahogó la salida del Madrid desde el primer minuto. Cada pérdida de balón blanca en su propio campo se convirtió en una oportunidad de peligro para los culés. Esta presión asfixiante obligó a Camavinga y Valverde a retroceder constantemente, dejando aislados a los delanteros. - Flancos débiles del Madrid:
Lucas Vázquez y Mendy sufrieron enormemente ante las constantes llegadas de Raphinha y Lamine Yamal. El brasileño fue especialmente desequilibrante, anotando dos goles y participando activamente en las transiciones ofensivas. La falta de apoyo defensivo por parte de los extremos del Madrid dejó a sus laterales en desventaja numérica. - Defensa improvisada del Madrid:
Tchouaméni, reconvertido en central, mostró dificultades para lidiar con los movimientos de Lewandowski, quien constantemente arrastraba marcas y generaba espacios para los mediapuntas. La falta de coordinación entre los centrales fue evidente en el segundo y tercer gol del Barça.
Segundo tiempo: El control total del Barça
Con el 1-4 al descanso, el Real Madrid intentó reaccionar, pero las decisiones tácticas de Ancelotti no fueron suficientes para cambiar la dinámica del partido.
- La roja a Szczesny:
La expulsión del portero polaco tras derribar a Mbappé parecía abrir una puerta para la remontada blanca. Sin embargo, el Madrid, a pesar de tener un hombre más, no logró capitalizar esta ventaja. El Barça, con Iñaki Peña bajo palos, se replegó inteligentemente y mantuvo el control del balón. - Cambios tácticos tardíos del Madrid:
Ancelotti tardó demasiado en ajustar su esquema. Los ingresos de Modric, Brahim, y Asensio aportaron frescura, pero no lograron contrarrestar la falta de ideas colectivas. Mientras tanto, Flick fortaleció su mediocampo con Dani Olmo, quien ayudó a mantener el equilibrio en el centro del campo. - Gestión del Barça con uno menos:
Incluso con 10 jugadores, el Barça mantuvo su identidad de juego. Replegándose y lanzando contragolpes, los culés lograron mantener al Madrid lejos de su área. La defensa culé, liderada por Koundé y el joven Cubarsí, estuvo impecable, evitando cualquier intento serio de remontada.
Las claves tácticas del partido
- Superioridad en el mediocampo:
El Barça ganó la batalla en la zona más importante del campo. La movilidad de Gavi y la visión de Pedri desconectaron completamente a la medular del Madrid. - Uso inteligente de las bandas:
Raphinha y Lamine Yamal explotaron las debilidades defensivas del Madrid por los costados, generando constantes situaciones de peligro. - Errores defensivos del Madrid:
La falta de coordinación entre los defensas blancos fue determinante. Jugadores fuera de posición y la mala lectura de los movimientos del Barça permitieron que los culés anotaran goles con relativa facilidad. - Gestión táctica de Flick:
El técnico alemán mostró una lectura perfecta del partido, sabiendo cuándo presionar y cuándo replegarse. Su equipo nunca perdió la calma, ni siquiera tras la expulsión de Szczesny.
Perspectiva final: Un dominio táctico incuestionable
El 2-5 no fue solo un marcador abultado, sino una representación clara del abismo táctico entre el FC Barcelona y el Real Madrid en esta final. Mientras Flick mostró un plan meticuloso ejecutado a la perfección, el Madrid se quedó sin respuestas ante la presión, la creatividad, y el equilibrio de los culés. Este partido no solo entregó un trofeo, sino que dejó un mensaje contundente sobre quién tiene la ventaja táctica en este momento clave de la temporada.
Iker Vicente